Izquierda bolivariana y chavismo

En anterior entrega citamos un documento en el que aquellos comandantes que participaron en el 4-F no parecieran vivir una suerte de nostalgia por el comunismo soviético, por la dominación del PCUS o por el terrorismo de la KGB, reconociendo que sus programas ideológicos y políticos constituían una plataforma de lucha para fácil recepción del pueblo explotado y humilde, con referencias que para muchos opositores de derecha estaban completamente desfasadas, fuera del quicio de la racionalidad política de una modernidad ajena a reenviar principios al sistema EBR: Zamora, Bolívar y Simón Rodríguez. Eran tiempos de neolibera lismo y de colapso del marxismo, de apogeo del liberalismo-democrático, de fin de la historia y de algunas pinceladas que apuntaban a la incredulidad en los grandes relatos. Sin embargo, la raíz identita ria de la revolución bolivariana y del chavismo reside allí, así como la construcción de una amalgama discursiva para algunos disparatada, pero que construyó nuevos sentidos para rearticular la esperanza. Obviamente, la llamada gente decente no podía metabolizar esta regresión histórica a las montoneras, turbas y caudillos. Sin embargo, hay que tomar precaución de cualquier romantización del MBR-200. Allí pulularon luces y sombras, como aún pululan alacranes y toda suerte de bichos, en una suerte de nomenclatura que usufructa la renta porque el viento sopla a favor, en su tiempo, ciclo u ola política. Oportunistas y advenedizos han recorrido desde entonces los pasillos y entretelones de la revolución bolivariana, muchos de ellos en nombre de una izquierda arrimada, lastimera y cargada de farsas heroicas. De allí la importancia hoy del llamado del amigo Rigoberto Lanz: Sin una adecuada caracterización de las diferentes izquierdas en Venezuela y el mundo, no veo cómo podríamos salir de los atascos en los que hoy nos encontramos. Quien no vea los atascos, de bilidades y amenazas que se ciernen, vive preso del aura engañosa de unas elecciones marcadas por victorias apenas suficientes, en contraste con un Chávez que lucha día a día por sostener el aliento que da cauce a la lucha. De allí las miserias del chavismo, si se trata de un simple culto...

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