Jackson Melián: Aquella final contra Magallanes fue una película

Jackson Melián está descubriendo una nueva vida a los 36 años de edad, tras pasar dos décadas viajando entre ciudad y ciudad, entrenándose todos los días, llamando por teléfono a sus seres queridos.Hoy despierta en casa, cada día. Saluda a su esposa Marielsi y a sus pequeños hijos Liah y Ricardo Jackson. Ya no tiene que preocuparse del lugar que ocupa en el lineup. Todo el tiempo es para él y su familia.Por fin estoy disfrutando el poder pasar tiempo con mis hijos, señala el ex outfielder, padre también de Jasmín 13 y Jenny 10. Es como si por primera vez tuviera un bebé. Parezco un primerizo.Melián, que este mes se reti ró del beisbol activo, será para siempre el eterno prospecto de Venezuela; la primera firma millonaria, el sueño de un país beisbolero. Con el espíritu en paz, dio un vistazo a sus 20 años de carrera.--¿Retirarse fue la decisión correcta? --Sí. Lo estuve pensando desde el año pasado. Después de la temporada pasada, en la que no jugué mucho, mi esposa Marielsi salió embarazada. Allí empecé a pensar en que era el momento del retiro, de disfrutar de mi hija pequeña y las que ya están grandes. Eso fue lo que me impulsó.--¿Está en paz con ese paso? --Sí. No tengo remordimien tos. Cuando fui a las prácticas con Caribes me sentí a gusto.Fue un alivio.--¿Cómo vivió su último día? --Me levanté como a las ocho.Tenía un mensaje de mi hermano Jonathan y empecé a llorar cuando lo leí. Se ríe. Ese sólo fue el amanecer. Yo me decía: Cálmate, cálmate, cálmate.Empezaron a llegarme los mensajes por Instagram y todos me pegaban. Con cada comentario empezaba a llorar. Ríe de nuevo. Por fin me calmé y fui al estadio. Llegué chévere. Cuando fuimos a estirar los músculos, Omar López dio unas palabras, como manager del equipo, y empezó a decir puras cosas buenas de mí. Allí empecé a llorar otra vez. Ríe. Hernán Iribarren dijo que yo iba a pronunciar unas palabras y sentí un nudo en la garganta. Les dije: Hablo después, ahora no puedo.Después de la práctica, empecé a leer más mensajes y de nuevo, a llorar. Tomás Pérez se acercó a hablar conmigo y a llorar otra vez. Una sola lloradera. Entre carcajadas. Durante el acto y la entrevista por DirecTV guapeé, hasta que me preguntaron a quién le agradecía. Hasta allí aguanté. Y durante el juego, todo el tiempo tuve mi lagrimita.Ríe.--Y no sólo dio u n h i t .Ese hit fue un triple en su último turno.-Salí co rriendo como un novatico, buscando la otra base.Quería más, más, más. Crucé por primera y me dije...

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