Decisión nº 84-2007 de Tribunal Primero de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Nuevo Régimen y Régimen Procesal Transitorio del Trabajo de Merida (Extensión Mérida), de 8 de Mayo de 2007

Fecha de Resolución 8 de Mayo de 2007
EmisorTribunal Primero de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Nuevo Régimen y Régimen Procesal Transitorio del Trabajo
PonenteMariana Josefina Aponte Quintero
ProcedimientoCalificación De Despido

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL

Tribunal Primero de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida

Mérida, ocho de mayo de dos mil siete

197º y 148º

SENTENCIA INTERLOCUTORIA.

N° DE EXPEDIENTE: LP21-S-2006-000001

PARTE ACTORA: JHORDYS L.R.R., venezolana, mayor de edad, titular de la Cédula de Identidad Nº 15.175.458, Licenciada en Administración, de este domicilio y hábil.

APODERADO JUDICIAL DE LA PARTE ACTORA: J.M.L.G., inscrita en el inpreabogado bajo el Nº 10.016

PARTE DEMANDADA: PCI INGENIEROS CONSULTORES S.A., inscrita en el Registro Mercantil tercero de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en fecha 23 de noviembre de 1990, bajo el Nº 26, tomo 6.A.

MOTIVO: CALIFICACION DE DESPIDO.

Revisadas exhaustivamente todas y cada una de las actas procesales que integran el presente expediente, y concretamente el contenido del Informe Pericial realizado y consignado por la Lic. MIRELYS ORTEGA, obrante a los folios 727 y 729 de fecha 02 de mayo de 2007, este Tribunal observa:

La presente causa se trata de un juicio de CALIFICACION DE DESPIDO intentado por el ciudadano JHORDYS L.R.R.A.R.D.S. contra IPC INGENIEROS CONSULTORES S.A.

En fecha 07 de abril de 2006, este Tribunal Declaro Con Lugar la Calificación de Despido, reenganche y pago de salarios caídos, a razón de un salario mensual de Bs. 883.450,00 y que para el momento de la ejecución del fallo se tomará en cuenta los salarios decretados por el Ejecutivo Nacional o por Contratación Colectiva ( folio 65 y 66 ), la cual se encuentra definitivamente firme. En fecha 10 de abril de 2007, la ciudadana JHORDYS RODRIGUEZ, parte actora, solicitó nuevo Mandamiento de Ejecución con la correspondiente actualización de los salarios caídos. En fecha 16 del mismo mes y año, se procedió a designar experto contable a los fines de que realice una experticia desde el 05 de octubre de 2006 hasta la fecha en que consigne el informe, con exclusión de los lapsos de 22 de diciembre de 2006 al 06 de enero de 2007, Vacaciones Judiciales y desde el 10 de enero de 2007 al 07 de febrero de 2007, por reposo médico de la Juez de la causa lapso no imputable a la parte demandada.( folio 717 )

Ahora bien, de lo transcrito anteriormente, se desprende claramente los parámetros, pautas o lineamientos establecido por este Tribunal Sala referente al caso en estudio y revisión, como lo es, la experticia de actualización respecto a los salarios caídos, este Tribunal .en fase de ejecución hace las siguientes consideraciones:

De la lectura minuciosa del Informe Pericial agregada a los autos se evidencia que el experto contable designado por esta Instancia no acató los lineamientos y parámetros ordenados por este Tribunal al señalar en su contenido la elaboración de una corrección monetaria o Indexación Judicial no acordada en estos procedimiento de Estabilidad Laboral ni mucho menos ordenada en las actas procesales.

Siendo esto así, este Tribunal Primero de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida como corolario de lo anterior, y a los fines de garantizar el derecho a la defensa y al debido proceso de las partes intervinientes en este proceso este Órgano Jurisdiccional haciendo uso de sus facultades oficiosas con el objeto de procurar el equilibrio procesal, y en su carácter de contralor de la legalidad de las actuaciones procesales de los Tribunales de Instancia, debe restablecer el equilibrio procesal y evitar actuaciones que posteriormente puedan anularse, en procura del mantenimiento del orden público constitucional, todo ello atendiendo a lo previsto en el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil, norma de aplicación supletoria en los procesos laborales, que dispone: ”Los Jueces procurarán la estabilidad de los juicios, evitando o corrigiendo las faltas que puedan anular cualquier acto procesal. Esta nulidad no se declarará sino en los casos determinados por la ley, o cuando hayan dejado de cumplirse en el acto alguna formalidad esencial a su validez…”

La situación planteada en esos términos, compromete al derecho o garantía a la tutela judicial efectiva regulada, en al articulo 26 de la Constitución, entendida como la suma de todos los derechos constitucionales procesales plasmados en el articulo 49 eiusdem, es decir, que por tutela judicial efectiva se entiende derecho al acceso a los órganos de administración de justicia, derecho a una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismo, sin reposiciones inútiles, derecho al debido proceso, derecho a la defensa, derecho a ser notificados de los cargos que se le imputan, derecho a la presunción de inocencia, derecho de acceso a las pruebas, derecho a la no valoración de pruebas ilícitas, derecho a ser oído, en todo clase de procesos, derecho a un tribunal competente, independiente e imparcial, derecho a interprete, derecho hacer juzgado por jueces naturales, derecho a no confesarse culpable, derecho a no ser juzgado por actos u omisiones no previstos en la ley como delitos, faltas o infracciones, derecho o no ser juzgados por los mismos hechos que hubiesen sido juzgados anteriormente, derecho a exigir responsabilidad del Estado, los jueces por errores judiciales retardos, omisiones injustificadas funcionamiento normal o anormal de la justicia, por lo que la tutela judicial efectiva, como garantía constitucional procesal, debe estar presente desde el momento en que se accede al aparato jurisdiccional, hasta que se ejecute en forma definitiva la sentencia dictada. Y aplicada al caso concreto, es decir, que una vez garantizado el acceso a la justicia, cada uno de los principios y garantías constitucionales que conforman al proceso, tales como el debido proceso, la celeridad, la defensa y la gratuidad, deben ser protegidos, en el entendido que el menoscabo de una cualquiera de ellas, estaría al mismo tiempo vulnerando el principio a la tutela judicial efectiva, tesis acogida por el Tribunal Supremo de Justicia, a través de sus decisiones al respecto, al señalar, que la conjunción de artículos como 2, 26 y 257 de la constitución de 1999, obliga al juez a interpretar las instituciones procesales al servicio de un proceso cuya meta es la resolución del conflicto de fondo, de manera imparcial, idónea, transparente, expedita, y sin formalismos y reposiciones inútiles, como bien lo señalan los autores H.E.T.B.T. y Dorgi De. J.R. en su obra ”Tutela Judicial Efectiva y Otras Garantías Constitucionales Procesales”.

La filosofía, naturaleza y fines del artículo 26 de la Carta Magna, se identifica total y absolutamente con los principios y valores, engendrados por la proclamación de la Republica Bolivariana de Venezuela en un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, que propugna como valor superior del ordenamiento jurídico y de su actuación, entre otros, a la justicia (articulo 2), como se desprende de la exposición de motivos, la noción de Estado de Justicia, no es una simple repetición de la noción de Estado de Derecho, pues obedece a un planteamiento filosófico diferente, se refiere, fundamentalmente, a la garantía procesal efectiva de los derechos humanos de las libertades publicas, donde el Estado y sus funcionarios, han de erigirse como guardianes de los derechos inherentes a la persona humana, en cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de protección de tales derechos, por lo que el concepto de justicia, en términos racionales es la realización por parte del Estado de los valores superiores consagrados en el preámbulo y en el articulo 2 de la Constitución, en particular la tutela efectiva de los derechos humanos como manifestación de la justicia, no podrá ser alcanzada por los actos de administración, por las normas legislativas, ni por las decisiones de los órganos jurisdiccionales, si en todas estas actuaciones no son respetados y garantizados eficazmente los derechos fundamentales de todo individuo.

En sintonía con la instauración del Estado de Justicia el constituyente de 1999, en el dispositivo constitucional 257, estableció el principio que el proceso constituye un instrumento fundamentado para la realización de la justicia, por ello, el derecho de todo ciudadano de acceder a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses y una tutela judicial efectiva de los mismos, no puede concebirse aisladamente de los demás principios porque carecería de contenido según lo sostenido por la sala político administrativa. Los razonamientos que anteceden, nos inducen a concluir, que cualquier juez, que detecte irregularidades que conculquen derechos y garantías al justiciable, está habilitado para realizar actividades jurisdiccionales, en procura de su protección siempre y cuando le corresponda el conocimiento de la causa, con sujeción en lo establecido en el articulo 334 constitucional, que establece, que todos los jueces de la Republica en el ámbito de sus competencias esta en la obligación de asegurar la integridad de la constitución.

Con fundamento en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece el principio de la tutela jurídica efectiva y el principio de que el proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia; así como en el artículo 49 ejusdem, donde se consagran el Derecho a la Defensa, el Debido Proceso y el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva; y en atención a no violentar normas de orden público que puedan en un futuro anular actos fundamentales del proceso, le es forzoso instar nuevamente al Lic. MIRELYS ORTEGA a que proceda a dar estricto cumplimiento a los parámetros indicados tanto en la sentencia como del auto proferido en fecha 16 de abril de 2007 y no como erradamente lo cometió en la consignación de la experticia de fecha 02 de mayo de 2007. En consecuencia, se revoca por contrario imperio la experticia obrante a los folios 726 al 728 del expediente. Asimismo se ordena la notificación de las partes tanto actora como demandada mediante boleta para que tengan conocimiento del contenido de la presente decisión. Igualmente, se acuerda librar boleta de notificación al Lic. MIRELYS ORTEGA, a los fines de que proceda a la realización de la experticia con sujeción a lo expuesto anteriormente, la cual la misma deberá ser consignada en el tercer día hábil de despacho siguiente, una vez que conste en autos la última notificación practicada a los sujetos intervinientes en la presente causa. Y así se establece, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley.

COPIESE Y PUBLIQUESE LA PRESENTE DECISION.

DADA, FIRMADA, SELLADA Y REFRENDADA EN EL TRIBUNAL PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA DE SUSTANCIACION, MEDIACION Y EJECUCION DEL TRABAJO DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO MERIDA, en la ciudad de Mérida, a los ocho días del mes de mayo de dos mil siete. AÑOS: 197º DE LA INDEPENDENCIA Y 148º DE LA FEDERACION.

LA JUEZA,

M.J.A.Q.

LA SECRETARIA,

EGLI M.D.D.

En la misma fecha se publicó la anterior decisión y se expidió la copia para su archivo .Se libraron las boletas respectivas.

SRIA.

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