Jonrón de corazón

L as enfermerías de las organizaciones de las Grandes Ligas están llenas cuando se acer ca el final de todas las campañas. Es una reacción a casi siete meses de beisbol. Y así ocurrió el año pasado. Algunos peloteros sufrían dolores en las piernas, otros padecían magulladuras lumbares y muchos se quejaban por lesiones en brazos y manos. Pero mientras todo lo demás era normal, Víctor Martínez, bateador designado de los Tigres de Detroit, posaba las manos en el pecho con frecuencia para sentir irregularidades en el corazón.Fue llevado a emergencias en dos oportunidades, con electrocardiogramas como primera opción. La segunda vez que pisó una clínica, en las postrimerías de agosto, no volvió a los terrenos de juego.Se despidió de la temporada y se resignó a ir al quirófano para tratar los eventos que ocurrían en el corazón.El frío invernal de las salas de hospital quedó atrás. El guayanés llegó a la primavera con un ritmo cardíaco normal y monitoreado. Se uniformó con los bengalíes en Lakeland, ya con 39 años de edad y en la última temporada de su contrato con el equipo. Y, tras 8 turnos en los juegos amistosos de la Liga de la Toronja Flo rida, recordó lo que es pegar un cuadrangular, como lo ha hecho 237 veces en su carrera en las mayores, cifra que lo convierte en el bateador ambidiestro venezolano con más poder en la historia.Martínez se reencontró con su fuerza contra el zurdo Sean Newcomb, abridor de los Bravos de Atlanta. Sacó la bola por el jardín izquierdo después de estar en 3 bolas y 2 strikes, y justamente después de que el antesalista Nick Castellanos dio su segundo...

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