Josep Guardiola no habla portugués

Marius, María y Valentina juegan bajo el sol encendido de la mañana en Nueva York, mientras la madre estudia inglés y el padre lee literatura estadounidense; en los estantes reposan libros del viejo Walt Whitman, Edgar Allan Poe y Ernest Hemingway, y abajo, por las calles de la ciudad, millones de almas de camiseta y shores van de aquí apara allá: ¿a dónde va la gente, de dónde viene la gente? No, no. Mire, el escritorio es tá vacío, dice Josep María Orobitg, representante de Josep Guardiola, poniendo énfasis en sus palabras. Aquí a Barcelona no ha llegado nada de Brasil. Hablo frecuentemente con Pep y él me dio instrucciones de no negociar con nadie para contratarlo. Desmiento todo eso. Las redes parecen reventarse con el pedido: Josep Guardiola ha sido contactado para dirigir a Brasil. Se espera su respuesta, y la ansiada respuesta no llega. Entretanto, Guardiola baja de su quinto piso y decide darse una caminadita por la gran ciudad. Allá está instalado y no hace caso a los medios de comunicación. Inclusive, no ve con frecuencia canales deportivos ni habla con nadie al respecto, porque su capacidad de contaminación futbolística ha llegado, por ahora, al tope. A él le gusta mucho el fútbol europeo, especialmente los clubes, abunda Orobitg, y con su afirmación dice que el partido está terminado: Guardiola no irá a Brasil ni a ningún otro país a dirigir a nadie. Todo este barullo comenzó con el entredicho en el que ha vivido Mano Menezes al frente del seleccionado brasileño. Recientemente falló en conquistar el inalcanzable oro olímpico, perdido en la final con México, pero unos día después, su cabeza detuvo la guillotina a mitad de recorrido cuando venció a Suecia, 3 a 0. Sin embargo, no convence. En Brasil saben que un turbio asunto político lo ha puesto, y mantenido, al frente del equipo auriverde. Meneses dirigía al Corinthians, y por ahí metió su cabeza la conjura. Lula da Silva, presidente del país entonces, lo recomendó, pues es torcedor del club paulista y está vinculado a su directiva. Muricy Ramalho, en el...

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