Cuando eres joven es fácil escribir sobre el sufrimiento

Krina Ber también hace viñetas, como las que se ven en su cuento Los dibujos de Lis boa, el último relato de su libro La hora perdida Ígneo, cuya portada también lleva una ilustración de su autoría.Son solo referencias. No piensa en otro espacio para esos trazos más allá de las hojas que registran parte de su narrativa. Prefiero lo extraordinario, dice la autora nacida en Polonia en 1948.Retomó la escritura a los 51 años de edad. La mudanza a otros países y sus concernientes idiomas hicieron que la literatura tuviera otro lugar en sus prioridades. El hebreo en Israel le costó tanto aprenderlo a los 9 años que paulatinamente fue olvidando el polaco, en el que aún recita los poemas que aprendió cuando era niña. Convence cuando declama, aunque ignore el significado. La vida no es para arrepentirse, dice Ber, cuyo nombre comenzó a ser común en concursos poco después de retomar el oficio literario, pero esta vez en castellano.Por un momento pensé que solo bastaba postularse para ganar, recuerda la ganadora en 2007 del Concurso de Cuentos de El Nacional por Amor. Ese mismo año obtuvo el reconocimiento que entrega Sacven a este género por Los dibujos de Lisboa. Además, José Balza incluyó su primer cuento, Benjamín y la caminadora 2001, en la antología El cuento venezolano .Su más reciente libro de relatos recoge algunos textos laureados, así como otros inéditos y recientes. El amor y la distancia son temas...

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