Jugar con fuego

Los mercados financieros se animaron a partir de julio con la espe ranza de que las perspectivas económicas y geopolíticas mundiales no empeoraran o, si lo hiciesen, los bancos centrales estarán preparados para respaldar las economías y los mercados con nuevas rondas de facilitación de liquidez y de relajación cuantitativa. Así, pues, no sólo las noticias buenas impulsaron los mercados, sino que incluso las malas noticias han sido buenas porque aumentan la probabilidad de que bomberos de los bancos centrales como el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, y el del Banco Central Europeo, Mario Draghi, apaguen el fuego con tobos de efectivo. Pero los mercados que suben con las buenas noticias, con las malas no son estables. Si las noticias económicas empeoran y disminuye la confianza en la eficacia de las autoridades, es probable que vuelvan a producirse episodios de pesimismo, en los que la impresión de los inversionistas se agria. En la zona del euro, la euforia siguió a la decisión del Banco Central Europeo de prestar apoyo con compras potencialmente ilimitadas de bonos de países con dificultades, pe ro esa medida no supone un cambio en las reglas del juego; se limita a ganar tiempo para que las autoridades apliquen las medidas necesarias para resolver la crisis. Y las dificultades son ingentes: la recesión de la Eurozona está intensificándose a medida que continúan la severa y concentrada consolidación fiscal y el profundo racionamiento del crédito. Y, a medida que los bancos y los mercados de deuda pública de la zona se van balcanizando cada vez más, la creación de una unión bancaria, una unión fiscal y una unión económica resultará extraordinariamente difícil. Ni siquiera el apoyo del Banco Central Europeo es evidente. Los halcones monetarios Âel Bundesbank y otros bancos centrales preocupados por un nuevo mandato sin límite del BCE reclamaron con éxito una condicionalidad estricta y eficaz para los países beneficiarios de las compras de bonos. Como consecuencia de ello, si no se cumplen sus criterios, pueden dejar de prestar apoyo al programa. Además, Grecia podría salir de la zona del euro en 2013, antes de que España e Italia se hayan salvado del todo; España está hundiéndose vertiginosamente en la depresión y podría necesitar un rescate en gran escala de la troika el BCE, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. No es de extrañar que Alemania, que políticamente no puede votar a favor de...

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