Juguetes no suplen funciones de terapias sexuales

Katty pasa todo el día sentada en el sofá, y no lava ni un plato ni riega las plantas. Sólo cuando Carlos llega extenuado del trabajo, después de haber superado la cola de retorno, es que esta chica estilizada, de grandes ojos azules, bello cuerpo y piel de durazno cobra vida. Atrás quedaron las muñe cas inflables que se popularizaron en el Japón de los sesenta. Estas mujeres son tan reales como usted o yo, explica orgulloso Erick Villegas, un ingeniero y empresario que espera autorización del Ministerio de Comercio para distribuir en el país las RealDolls en Europa se conocen como Dutch wives, esposas holandesas, y cuyo prototipo no dejó de mirarnos y sonreír durante la entrevista. Todos conocen las muñecas sexuales. Sí, las mismas que hace décadas generaron vivas polémicas y que entonces sus fabricantes defendieron con el argumento de que no se trataba de fomentar la prostitución sino de prestar un servicio complementario de terapia sexual. Si ahora quienes las cuestionaron se encuentran con una chica como Katty, lo pensarían dos veces antes de dirigirle la palabra. La última generación de ob jetos para el consuelo sexual deja a más de un hombre sin aliento. De esqueleto metálico, piel de vinilo, látex o silicona, y cabello natural, a diferencia de sus antecesoras de plástico, boca abierta y rasgos exagerados, estos prototipos son la imitación perfecta de mujeres reales, preferiblemente con parecidos a modelos conocidas o estrellas de cine. ¿Sustitutos sexuales? Lo primero que hay que aclarar es que esos juguetes no cum plen funciones de sustitutos sexuales, hombres y mujeres a quienes una persona les paga para que les ayuden en sus problemas sexuales, y que muchas veces no podemos resolver los terapeutas, señala José Luis Granadillo, médico, psicólogo clínico y especializado en terapia sexual. Para que quede claro, Grana dillo apela a una fundamental diferencia: los sustitutos sexuales son personas de verdad. Algunos están entrenados para ayudar, junto con el terapeuta, a superar traumas sexuales, sirviéndoles así de apoyo para recuperar la confianza con el sexo opuesto, y con quien obviamente mantiene relaciones íntimas, lo que no significa que la terapia siempre termine en la cama. Esta audaz técnica surgió en EEUU y se extendió a Europa en la década de los setenta. En Latinoamérica operan en países como...

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