De la justicia y la flauta de Hamelin

Somos semejantes a esos soldados que caen en el curso del ataque del que saldrá la paz.Dios no es vencido una primera vez por nuestra derrota, porque si bien parece que sucumbimos individualmente, el mundo, en el que revivimos, triunfa a través de nuestros muertos.Pierre Teilhard De Chardin Llama la atención el seguimiento y la expectativa que parece brindarle al tema del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio la masa de tuiteros y otros conciudadanos que atosigan los espacios públicos para hacerse sentir y, como diría Arendt, accionar su libertad.Yo agrego: ejercer su ilusión y en la militancia alzarse, entre la amargura y la resignación.Una esperanza viva se mues tra entonces en el retuit de las informaciones, análisis, comentarios que se reiteran, como si se tratara de edificar un proceso a distancia, en el mensaje, en la expresión del pueblo hábil electrónicamente, que se lanza febril a reclamar apoyo o a ofrecerlo. Una utopía sobre venida signa el interés de la red, cuya sustancia no es otra que el ademán espiritual que se desprende tras la ecuanimidad de la que carecemos y en la falencia nos compromete perniciosamente. Hemos agonizado tanto que ya no creemos en el final de esta agonía.El alma ciudadana conoce en Venezuela la misma suerte que Hamelin. Una peste populista, militarista, castrista nos alcanzó. Un sinfín de calamidades nos aflige y amenaza, como muy pocas veces antes pasó; la nación y su cotidianidad es también la de una tragedia que se repite corroyendo, cual Prometeo, al pueblo que de Titán conservaría su inmortalidad acaso.No hay escenario institucio nal que no padezca el roído de creaturas sórdidas que devoran insaciables. Ratifico que no hay hospital, colegio, oficina, servicio público de agua, luz eléctrica o expendio de comida, cuerpo de seguridad o contingente armado que no sepamos carcomido por la bestialidad ideologizada, el criminal impune o la incompetencia arrogante.El roedor chavista implaca ble atacó y diezma las univer sidades, las organizaciones sociales y cuerpos intermedios de cualquier género. Especies variadas de depredadores roen, créanme que no exagero, las finanzas públicas, la administración, Pdvsa y, paralelamente, la economía privada hasta reducirla a menos de la mitad de lo que fue. Y puedo seguir enumerando, enunciando apenas sin acabar nunca, el efecto destructivo de esta pavorosa experiencia chavista. El que me lee sabe que no miento ni hay hipérbole, ni metáfora incluso. Son eso que...

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