Lágrimas por un ídolo

Gianfranco Scattaglia escuchó alguna vez en los pasillos del Colegio Calasanz que por esas mismas aulas en las que él estudia alguna vez pasó Salomón Rondón. Él es el menor de los cinco hijos de Yelitza, quien nunca se enteró que el delantero del Málaga, ex alumno del instituto, visitaría el edificio en un acto de Empresas Polar. La visita, a mediados de ju nio pasado, revolucionó el re cinto estudiantil al punto que la madre se enteró por una llamada de uno de sus hijos mayores: No puedo llevar a Gianfranco, tiene mucha fiebre, respondió mientras el niño de ocho años lloraba de impotencia. Casi un año tuvo que espe rar Gianfranco para conocer a Salomón. Pese a que vive a una cuadra de la casa en la que el goleador creció en Catia, el niño jamás había podido tener frente a frente al atacante ya que este pasa todo el año entre sus compromisos con el Málaga y los que tiene con la selección. Mamá, tiene sólo 22...

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