El largo declive

La compra del negocio de móviles de Nokia por Microsoft es una operación en la que, por encima de su envergadura financiera y del simbolismo que encierra sobre las dificultades europeas para competir, se pone de manifiesto el duro castigo que implica la ausencia de innovación. Nokia, ícono tecnológico de Finlandia y, por extensión, botón de muestra de las posibilidades del viejo continente de ser el área más competitiva del mundo, no entendió la evolución de un sector que llegó a dominar y fue incapaz de responder a los retos que los avances de sus rivales plantearon en los últimos seis años.Algunos analistas y la prensa finlandesa acusan al canadiense Stephen Elop, el primer consejero delegado de Nokia no finlandés de la marca, de hundir la empresa y servirla en bandeja por 5.540 millones de euros a su antigua compañía, Microsoft, a la que ahora se...

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