Lecciones no aprendidas y llanto inútil

Los pocos que han leído a Marx con propiedad, que en Venezuela son menos que quienes le yeron los quince tomos de la historia de Francisco González Guinán, saben que el socialismo como el comunismo son simples utopías, suposiciones, embelecos y un aburrido, pero a veces divertido intento de explicar y de transformar el mundo. Quienes ahora invocan su nombre y hablan de socialismo pretenden ocultar la gran tragedia que ha significado para la humanidad a manos de perseverantes aventureros, hombres de pensamiento, al gunos, y criminales, los más.Los peores tiranos del siglo XX, los más crueles, han utilizado la lucha por el socialismo para justificar terribles genocidios y horrendas depauperaciones contra sus pueblos.El socialismo nunca ha sido compatible con los derechos humanos. Nunca. Muchos de los que ahora se quedan roncos gritando consignas, amenazando o implorando una ayudita son inocentes. Han sido subyugados por la palabra socialismo, que posee un gran encanto, basta escucharla para erróneamente identificarla con justicia social, democracia y, sobre todo, el fin de las penurias. Pero su historia no es tan cautivante, su máxi mo logro son los campos de concentración, los gulags.Aunque fueron muchos los que en el siglo XIX advirtieron sobre las carencias de la teoría de Marx en el plano económico, prevalecieron los que encontraron un campo insondable para la especulación filosófica y el aprovechamiento...

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