Libia: la guerra que no se palpa a través de la televisión

La ansiosa gimnasia dactilar del zapping, desentumecida en un año de salvaje sismicidad Âliteral en Japón, metafórica en el Oriente Medio deja cierta sensación de vaciedad. En Telesur, el internacionalista Walter Martínez hace alarde casi erótico en Dossier de su conocimiento de primera mano de cuanto jet de combate aparece en los monitores. CNN, por su parte, retransmite algún que otro video aficionado borroso o las chispas nocturnas del fuego antiaéreo, de textura casi artificial, entre las palmeras de Trípoli, en contraste con el reciente y exhaustivo voyeurismo de las olas gigantes abalanzándose sobre la costa de Japón. Tradicionalmente se dice que la primera víctima de una guerra es la verdad y el conflicto en Libia no lo desmiente. Las revueltas sociales en el Magreb y el Oriente Medio engloban un tema tan increíblemente complejo que es imposible abarcarlo sin un mínimo contexto histórico, y ciertamente lo que echo de menos en la mayoría de las cadenas noticiosas de televisión es esa perspectiva de historicidad, cuestiona Elizabeth Safar, analista de medios de comunicación. La cobertura de Libia tien de a caracterizarse por un periodismo fragmentado: hoy cayó un avión aquí, mañana una bomba allá. Hay medios más independientes que otros. Obviamente, CNN no va a cuestionar el fondo de la resolución de las Naciones Unidas, mientras que la posición de Telesur es extremadamente sesgada hacia Gadafi y los intereses de Venezuela y Cuba, sin que a nadie allí se le ocurra preguntarse, por ejemplo, qué le pasa por la cabeza a un rebelde libio. Para los que no apoyamos ni las invasiones coloniales occidentales ni las tiranías árabes, el camino que queda es tratar de ahondar un poco más en Internet y la prensa escrita. También destaco las mesas redondas que organiza el canal...

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