Libros: Cees Nooteboom

Lo que le hace tan subyugante no es, al menos no de forma exclusiva, su polivalente capacidad de observación: Nooteboom a menudo detiene su mirada en el punto esquivo de las cosas. Las suyas son anotaciones sobre el tempo de los objetos o los lugares esta frase suya podría adoptarse como una poética: También en este lugar el tiempo necesita afirmar algo. Al leer estas Cartas a Poseidón Ediciones Siruela, España, 2013, caigo redondo en esta idea: toda su literatura de viajes es una litera tura del tiempo que, como el universo, no cesa de expandirse. Sus viajes transcurren. Cada lugar es un tiempo que Nooteboom hace suyo. Hay en sus libros una indagación sobre lo vano contra el telón de fondo del largo tiempo. La potencia o impotencia de las pequeñas cosas.Con hacer suyo quiero decir: se apropia. Pero no es una apropiación hecha con la mirada. Hay una totalidad en juego. Nooteboom se sumerge: observa desde el cuerpo. No sólo con los cinco sen tidos sino también con otros. Como si cierta animalidad le exaltara la posibilidad de entrever, de escuchar, de sentir las apariciones que tienen lugar más allá de lo inmediato. Nooteboom escucha el eco, registra el lugar donde hubo una huella, entiende la secreta conformación de las cosas.Cada lugar de su periplo cambia el orden de los sentidos. Aquí la disposición a tocar, allá el acto de tomar aire con los pulmones abiertos, más allá la virtud de la escucha: el cuerpo como la primera fuente de la escritura de viajes.Imploraciones que son como breves actas de la fragilidad...

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