Los libros son otra cosa

En estos días agitados, en que el Festival de la Lectura en la plaza Altamira, organizado por Cultura Chacao, ha traído a la ciudad la alegría de encontrar amigos y disfrutar las conversaciones entre escritores, he recordado a un librero de raza que reapareció por Caracas como un fantasma de otra época, Arturo Garbizu.Como si aquel librero cata lán que le llenó la cabeza de ideas curiosas a los habitantes de Macondo revisitara el paraíso del que alguna vez huyó para regresar a tierras españolas, Arturo Garbizu volvió a ser feliz entre nosotros.Dejó grandes amigos en Venezuela, pero muchos ciudadanos no reconocen en su impronta adusta, y por momentos desorientada, a uno de los grandes libreros de Caracas de los años setenta, cuando Sabana Grande era una fiesta que no se apagaba nunca.Los fuegos artificiales de la insurgencia guerrillera tenían un eco singular en la bohemia de sus cafés y restaurantes, de sus librerías y terrazas, que contenían en sus vientres la inminencia de la revolución y el hombre nuevo que venía a cambiar la faz de América Latina. En esa época todo estaba por ocurrir y era más interesante. Siempre la promesa es más grata que la realidad.La gente luchaba y sufría, leía sus autores entrañables, recuperaba amistades perdidas, discutía por horas, y en al gún momento del día se hacía cargo del trabajo político o de sus propias rutinas laborales.Uno, junto a Cruz del Sur y Suma formaban un triángulo ineludible de librerías bien dotadas de libros y de libreros, atravesadas por referencias culturales que atraían a la bohemia nacional e internacional como un imán.Eran librerías, pero también algo más: tertulias por donde pasaban escritores y artistas, lectores consumados, paseantes curiosos, y siempre se llevaban un libro o una anécdota.Todo lo que ocurría en la zo na era atractivo. En el mapa de las calles que se alzan al norte del río Guaire, la gente se enamoraba rabiosamente y recitaba textos de poetas malditos, colgaba carne cruda en una galería de arte, pasaba de las acciones insurgentes a las meramente delictivas en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR