Libros: Franz Kafka I

La experiencia es esta: la de haber llegado a un lugar donde ya había estado, pero donde to do resulta nuevo, sorprendente, distinto. Como si lo escrito tuviese la propiedad de modificarse a sí mismo, de cambiar su geografía, su énfasis. Esta es la tercera vez que leo los Diarios de Kafka y mi sensación ha sido la de quien descubre una maravilla por primera vez. Pasa esto: son inaprehensibles. Mientras lees aquí, algo se escapa en la línea anterior. Algo se escurre, se oculta en las sombras. Regresas a una entrada que crees haber leído con mesura y delectación, hace apenas unos minutos, y ella aparece con un nuevo resquicio. Como si hubiese mutado ante tus ojos. Como si un secreto suyo hubiese salido a la superficie en medio de la misma frase. Una escritura de condición inagotable. Un caudal. Se cumplen 130 años del na cimiento de Franz Kafka 18831924, pero la efeméride carece aquí de relevancia: leer a Kafka, los Diarios de Kafka, es la apelación a su pura gratuidad. No hay finalidad en ellos quizás no guarden ningún mensaje para nosotros, sujetos envanecidos en la práctica de sospechar de todo. No exhiben un programa. No quieren convencer. Ni denunciar. Registran el pulso que un hombre lleva de sí mismo y de su mundo inmediato. Pero allí, en esas piezas de diversa extensión, y en ello consiste la pura gratuidad de la que hablé unas líneas atrás, es posible encontrar a menudo lugares donde la escritura se asoma a su perfección. A...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR