Lincoln Un ideal noble en garras de los buitres

Venezuela no posee el monopolio de los debates parlamentarios patéticos. Ni siquie ra el poder legislativo británico, considerado el padre de sus equivalentes occidentales lo que algunos historiadores atribuyen a que los adversarios en las cámaras de los comunes y de los lores se sientan muy juntos y frente a frente, lo que hace un poco más civilizado el intercambio, está libre de las contradicciones e imperfecciones de todo sistema democrático. Los presuntos representantes del pueblo, con frecuencia, no votan según sus convicciones o lo que dicta el sentido común, sino por el miedo que impone el bloque al que pertenecen. De esto, entre otras cosas, tra ta Lincoln, lo que quizás no la convierte en la mejor película para ir al cine a comer cotufas o evadirse de la devaluación del dólar. Más que una biografía convencional de Abraham Lincoln, el filme de Steven Spielberg analiza los meses finales del presidente asesinado en 1865 y su intervención en la abolición de la esclavitud en Estados Unidos. Puede parecer por ratos una transmisión del canal de televisión de la Asamblea Nacional. Algunos críticos de cine, como Juan Carlos Arciniegas, de CNN, lo consideran aburrido. Tampoco, en principio, luce demasiado orientado al público internacional. Sin embargo, para el que se documente un poco, puede ilustrar el contraste entre un ideal puro la igualdad, sin que importe la piel más clara u oscura y el juego con frecuencia ruin de la política real. En 1865, la Guerra de Secesión declarada en 1861 entre el sur esclavista y el norte supuestamente progresista está por terminar. En el Congreso, donde presuntamente está representado el...

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