¡Nos llaman focas!

Es sorprendente y preocupante, por más que lo celebremos, el diálogo que mantienen los ciudadanos con el autócrata, sin que él pueda escuchar nadie se lo contará, frente al televisor, en las oficinas, en los mercados, en la calle... y especialmente en los barrios. Se la pasa viajando mientras nosotros padecemos inseguridad, hambre, desempleo y cada vez somos más pobres, le lanzó un vecino de San Agustín del Sur, donde murieron tapiadas tres niñas El Nacional, sábado 27/ 11/ 10. Y es que el afán de llegar a todas partes, a todo el mundo el nuestro, por cadena de radio y televisión, con retransmisiones a cada rato, ha logrado que todo el mundo y no medio mundo, como antes se encare al televisor para decirle en su cara lo que quisiera decirle de cerca, sin guardaespaldas cubanos ni anillos de militares y policías encargados de proteger al hombre más protegido del mundo y el más espantadizo: con chaleco antibalas hasta la mandíbula. Y ahora descubrimos que ese desencanto, esa necesidad teórica de agarrar al comicastro y actor maleta por la pechera y llamarlo farsante, la experimentan también muchos parlamentarios del PSUV, los mismos que han venido apoyando a mano alzada cualquier proyecto surgido del descocamiento oficial... y que ahora se quejan en privado reunión de fracción del maltrato que reciben del Gobierno versión...

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