Llanto forzado

El llanto es un fluir de lágrimas escoltado por lamentos y sollozos, movimientos convulsivos y entrecortados que expresan un sentimiento proveniente de nuestro subsuelo psíquico. Es un incontenible desbordamiento salitroso que desplaza toda otra emoción en el firmamento psicológico del individuo. A riesgo de parecer insensible o poco solidario, confieso que muy poco me interesó la muerte de Kim Jong-il, colocado en el poder por su padre Kim Il-sung. Es decir, me importó tanto su muerte como a él le importaría la mía. Sabemos que en Corea del Norte el poeta Alí Lameda pagó una larga condena por decir tonterías en medio de unos palos, y se convirtió, así, de repente en un peligrosísimo sospechoso. Allí existe un régimen opresivo que mantiene en cautiverio a 200.000 personas por no compartir la línea de los que se adueñaron del poder. También se sabe que es grande la miseria y el hambre entre la población norcoreana. Nos informa Nelson Rivera lo que reporta Barbara Demick, en su libro Querido líder. Vivir en Corea del Norte , que las casas tienen una sola habitación y que se prohíbe colgar algún cuadro en las paredes, que no sean las imágenes de los jefes supremos Kim Il-sung y Kim Jong-il, y que la policía puede entrar cuando quiera a revisar si estos retratos está bien colocados. Nadie puede usar blue jeans y el cabello no puede crecer más allá de los cinco centímetros, los que tengan parientes en la otra Corea se consideran de sangre impura, no se puede usar un bombillo de más de cuarenta vatios, solamente se pueden ver los canales oficiales y para ello le venden un aparato ya programado, no se puede ir al cine ni a un restaurante, nadie carga un reloj ni puede tener un vehículo son caprichos del capitalismo. Nunca, entiéndase bien, he simpatizado con esos queridos líderes que hacen del culto a la persona una religión. Llámese Benemérito, Serenísima Majestad, Caudillo por la Gracia de Dios, Ilustre Americano, Gran Líder, Jefe Supremo o cualquier otra jerigonza para disimular su verdadero propósito, que no es otro que acomodarse ellos y los suyos y los demás que se las averigüen como puedan. Muerto, pues, Kim Jong-il, gracias a la información globalizada vimos por la...

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