Llegó la hora de la siesta digital

En Sealords, la multinacional piscifactoría de Nueva Zelanda, las mujeres desconchan mejillones a una velocidad de vértigo. Cada diez minutos la cadena se para. La empleadas Âno hay hombres intercambian su posición sin decir palabra y realizan estiramientos de dedos, manos y muñecas. El trabajo repetitivo no nació, ni mucho menos, con la computadora, pero parece que en esta actividad, quizás por ser más aislada que en las cadenas de producción, la prevención va con retraso, física y psíquicamente. Buena parte del día, el cerebro se encuentra en red, procesando información de Internet, correos, redes sociales, trabajando con programas de gestión, tecleando, hablando por teléfono. Los especialistas en salud laboral empiezan a aconsejar que desconectarse de vez en cuando resulta imprescindible. Las siestas digitales Âentendidas como pequeños descansos ya se aplican en algunas empresas, como Google o Intel, que ven con buenos ojos que sus trabajadores pasen un tiempo desconectados, pues redunda en la mejora de la productividad. No hay empresa de Silicon Valley que se precie, de Facebook a Yahoo!, sin gimnasio, habitación para juegos reales Âel fútbol de mesa triunfa y unos confortables pufs para relajarse. Gestionar bien el tiempo es uno de los mejores instrumentos de los que se dispone para controlar los efectos nocivos de las nuevas tecnologías, del tecnoestrés y de las tecnoadicciones, afirma José Martínez Selva, autor del libro Tecnoestrés. Gestionar mal el tiempo sig nifica sucumbir ante una de las ventajas de la red: la flexibilidad que otorga el poder estar conectado a toda hora desde cualquier lugar. En cualquier instante puede llegar un mensaje de correo electrónico o una llamada profesional, con lo que el trabajador se siente obligado a mantener un rendimiento continuo y a no poder desconectarse ni distanciarse de sus obligaciones y problemas. Es decir, a disfrutar de un tiempo de descanso necesario para la salud mental. De hecho, 26% de los empleados cree que el uso de Internet y del celular aumenta su horario laboral y que esa disponibilidad permanente le genera estrés. Tony Schwartz, director The Energy Project, el año pasado colocó una encuesta en Huf fington Post para conocer los hábitos de los trabajadores: 60% admitió que sólo se desconecta completamente del correo electrónico 2...

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