Llegó la hora de Rita Indiana

R ita Indiana es un nombre, no un apodo ni un reclamo artístico. Es el nombre de una mujer de 34 años y de origen dominicano que se apellida Hernández. Ante todas sus incursiones en las artes performance, literatura y música apuesta por la escritura. Se presentó en Barcelona España como lo único que se ha propuesto ser desde los 14 años: escritora. Una artista polifacética que no necesita de etiquetas para expresarse en el espacio público de la tarima y en el acto solitario de la escritura. En ambos escenarios se mueve con soltura y originalidad. Tiene publicadas dos novelas La estrategia de Chochueca y Papi --editada por primera vez en España por la editorial Periférica--, dos libros de cuentos Ru miantes y Ciencia succión y más de ocho canciones en El juidero, su último trabajo dis cográfico. Una narradora que transita con naturalidad por los medios visuales, musicales y textuales. En definitiva, una artista con son caribeño y, a lo Andy Warhol, atenta a lo que sucede en el podio. Un juego de memoria Papi es la historia de un vín culo que se rompe, es el relato de una hija que cuenta lo que la ausencia del padre le provoca. Es una condensada y trepidante aventura que conjuga con referentes cari beños y globales. La novela parece un juego de memoria me mory play en el que las piezas se transforman y tienen una doble cara. Empiezan siendo voces que buscan sus ecos en otras historias. La voz principal es la de una niña que deambula por todos los espacios de la casa, del barrio, mientras fanfarronea y recuerda todo lo que tiene esa figura paterna que no está a su lado. Papi es evocado por su primera mujer, por sus hermanas, por su madre, por sus amantes, pero es su hija quien recoge todos los runrunes que otros dicen de él. La figura de papi se moldea a partir de lo que a la niña se le cruza en sus pensamientos para dar una visión de conjunto de un hombre compuesto de múltiples capas. Papi es un muñequito de pe luche en el que se proyectan todas las carencias y fantasías de la niña; un vudú, tal como lo nombra la autora, al que ella pincha con todas las cosas que la inquietan, la fascinan y la joden. Un judas de esos que se queman cuando termina el carnaval y en el que se ve representado al papi de Papi y a tantos otros papis, varones y machos del Caribe más próxi mo. Simpático, carismático, dicharachero, seductor, misteriosamente billetúo, poderoso. ¿Suena a personaje histórico? Suena a presente. La voz precede a la imagen. Fulanito dice...

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