Me llevaré a mi hijo del país

El lunes a las 8:20 pm terminó la zozobra que vivieron durante 14 horas las familias de los 2 niños de 7 y 9 años de edad, respectivamente, y del conductor del transporte escolar que fueron secuestrados ese día a las 6:15 am en el municipio Carrizal de los Altos Mirandinos. A esa hora de la noche la es posa del chofer recibió la primera llamada de su esposo, Héctor Alzote, quien le dijo que debido a la presión policial los plagiarios los habían liberado en Catia. Sin explicarnos nada, nos dejaron en una calle del sector Ruperto Lugo de Catia. Como me robaron la cartera y el celular, pedí un teléfono prestado en una frutería para contactar a mi esposa, contó el transportista. Después del secuestro, la vi da de las tres familias cambió. En especial la de los Ortega. Por una supuesta venganza, los captores querían secuestrar a los hijos del comerciante Eduardo Ortega, padre del niño de 7 años de edad. El otro pequeño y el conductor fueron plagiados por equivocación. Los secuestradores pregun taron directamente por los hijos de Eduardo. No sé si era por una venganza contra mí o porque piensan que tengo dinero, dijo Ortega. El hombre, de nacionalidad colombiana, reside en Venezuela desde hace 25 años. Desde del plagio evalúa la opción de mandar a su hijo a su país de origen. Lo más seguro es que me lle varé a mi hijo fuera del país para que continúe sus estudios. Haré todo lo que esté a mi alcance por su seguridad, agregó. Desde hace tres años Orte ga trabaja en la cooperativa de agua potable Codiam XX, ubicada en el municipio Carrizal de los Altos Mirandinos. No descarta que algún empleado que se haya retirado de la asociación esté involucrado en el secuestro. Manejamos una nómina de 100 personas que en su mayoría provienen de zonas populares de Carrizal. No sé si alguien que se haya ido descontento quiera vengarse. No entiendo por qué querían secuestrar a mis hijos. Lo que sí tengo claro es que nunca he tenido problemas con nadie. Quien quiera saber cómo trabajamos, puede ir a la cooperativa, puntualizó. El martes, un día después del secuestro, las tres víctimas del plagio declararon en la sede del Cicpc Miranda. Los niños hablaron sobre lo ocurrido con naturalidad. Quizá lo más fuerte que les tocó vivir fue el escuchar varios disparos y posteriormente ir sentados en un carro al lado de uno de los plagiarios que recibió varios tiros durante el secuestro. Como las víctimas ya tenían los rostros tapados, no pudieron ver quién lo hirió. Las...

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