La reconquista de la luz

"Yo llegué un día a mi casa diciendo que iba a ser fotógrafo y la gente que me conoce se reía porque el primerito que se reía era yo (risas). Ciego tomando fotos, imagínate tú. Lo agarramos enseguida de mamadera de gallo". Gustavo Vargas Âun masoterapeuta alegre y dicharachero que perdió completamente la vista a los 11 años, reconoce que aceptó incrédulo la propuesta de participar en 2009 en un taller de fotografía invidente. "Yo al principio no entendía muy bien cómo iba a ser eso, pero me mató la curiosidad. No creía mucho pero al mismo tiempo fui con mucha expectativa", dice divertido. Dictado en el centro de fotografía Núcleo Fotosensible, en Caracas, el taller de fotografía invidente es un curso corto diseñado para que las personas con discapacidad visual aprendan a captar sus propias imágenes artísticas. "Las personas que ven también pueden hacerlo, pero tienen que cubrirse los ojos para estar en igualdad de condiciones. De todos modos, en ciertos momentos se necesitan personas videntes para algunas cosas, así que todos se ayudan entre sí", señala Irisbell Rosal, coordinadora del Núcleo Fotosensible. Juan Laya es tutor de música y presidente de la Asociación Nacional de Ciegos de Venezuela. Él recibió la primera invitación al taller para que a su vez convocara a sus compañeros. ¿Qué pensó cuando le ofrecieron aprender fotografía? "Si no es porque me iba dando cuenta de que me estaban hablando en serio, a lo mejor hubiera creído que se estaban burlando de mí, pero siempre he creído que uno tiene que tener una mente abierta, escuchar a las personas y darles el beneficio de la duda", dice sereno. "Lo que sí me preocupaba era que cuando invitara a mis compañeros no pasara lo mismo y que alguno se fuera a ofender". Le propuso la idea a su entorno más cercano como un plan curioso y los convenció. "En ese curso, siete éramos totalmente ciegos, tres tenían visión muy limitada y otros tres sí veían bien", recuerda Vargas, quien dejó de ver por cataratas en una época sin tantos avances médicos. Hizo el curso con su hijo Elvin, también con discapacidad visual. "Fuimos pensando que íbamos a hacer fotos normales, fotos realistas, y resultó que era una técnica más artística, que me gustó mucho". El curso, dictado por la fotógrafa venezolana e invidente Sonia Soberats, les ofreció súbitamente una nueva forma de expresión. "Es como hacer magia", aseguran. "Todo es producto de tu fantasía, eres libre. Tú estás viendo ese cuadro en tu cabeza y tratas...

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