La reacción más radical ante el populismo literario es la poesía cerrada

El 2 de mayo de 2004, Yolanda Pantin publicó en las páginas de El Nacional una dolorosa reacción ante la negativa inicial del gobierno de Hugo Chávez a convocar el referéndum revocatorio, que luego de negociaciones en las que intervino el Centro Carter terminó realizándose en agosto de ese año. La autora de Poemas huérfanos 2002 denunciaba que habían sido desconocidas en el Consejo Nacional Electoral miles de firmas que pedían la renuncia del entonces presidente.No somos nada, no tenemos derecho a nada pero somos las víctimas, somos más de 300.000 personas escogidas al azar, escribió en el texto, en el que más adelante afirmó: No seré nada, pero puedo dar mi testimonio.Aquella frase era hace una década su posición de intelectual ante un gobierno autoritario: asumía entonces que los escritores estaban para mostrar lo visto, para evidenciar la injusticia. Pero en los años que transcurrieron desde esa fecha hasta ahora cambió esa postura combativa.Ahora prefiero la defensa del mundo interior, dice y añade que dentro de su casa, dentro de su cabeza no se podrán meter; luego cita de memo ria un verso de quien fue uno de los poetas alemanes más importantes antes y después del Tercer Reich, Gottfried Benn, que dice: En esta casa no se puede entrar/ en esta casa hay que haber nacido.Ha sido punzante el cambio que se operó estos años en Pantin, quien representará a Venezuela en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que comienza el sábado, junto con Carlos Sandoval y Norberto José Olivar. Y este es consecuencia de que durante más de dos lustros se ha venido concretando la intervención del chavismo en todos los órdenes de la vida nacional y la concentración de la totalidad de los poderes estatales en los miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela. El proceso político ha venido acompañado de una intensa discusión sobre el papel de la cultura en el país, durante el cual se han enfrentado los poetas como ella esos que contradicen al rey de la fiesta a los partidarios del populismo literario, término que acuña combinando las investigaciones del teórico sureño Ernesto Laclau sobre el neopopulismo con un episodio de las memorias ¡Tie rra, tierra ! de Sandor Márai, que para la escritora define la adhesión de las personas a los gobiernos totalitarios. El escritor húngaro cuenta que un tío, para explicarle por qué se adhería al fascismo, le dijo en un almuerzo, medio borracho: Yo no tengo talento, así que necesito el nacionalsocialismo...

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