Grégor le cumplió a su madre

Rosa del Valle Pedraza de Blanco quería ver jugar en las grandes ligas a uno de sus morochos.Sin embargo, una batalla que libró por siete años le impidió observar en vida dicho logro. A pesar de ello, Grégor Blanco no le falló a su progenitora.Siempre me dijo que los sueños que uno se propusiera, los podía hacer. Su partida me dio impulso para esforzarme más, ella fue todo para mí, esboza el jardinero mirandino a través del hilo telefónico.El 25 de octubre de 2005, en un encuentro en el Universitario, Gregor sonó un imparable al jardín central. Al llegar a la inicial, el sonido interno dio una noticia que le erizó la piel a más de uno y enmudeció al estadio capitalino: había fallecido la madre del orgullo de Cúa. Inmediatamente fue sustituido y se trasladó a reencontrarse con sus familiares.Ella quería ir a verlo jugar ese día coincidencialmente, pero estaba muy malita. El doctor se lo prohibió, Grégor jugó a pesar de que sabía de la situación, relató Belkis Pedraza, tía del guardabosque de los Tiburones y hermana de Rosa.En 1998 la madre de Gregor fue diagnosticada con cáncer de mama, pero luego de seis años y medio se agravó y el cáncer pasó a ser cerebral. Desde ese momento, el toletero zurdo decidió jugar con una pulsera rosada. Ayer, en el Día Internacional de La lucha contra el Cáncer de Mama, no lo pudo hacer en un encuentro oficial porque se está rehabilitando en Miami.Cada vez que hay juego en honor al cáncer de mama para mí es un día especial por ella, me gusta ayudar a...

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