¿Dónde está el corazón de Maduro?

Cuenta la leyenda que después de infligirle tormentos atroces a su víctima el inquisi dor la abraza para que sufra la peor tortura, la de la esperanza, para sugerirle que confíe en su piedad. Así ha ocurrido con Simonovis durante largas semanas, incluso ahora mismo cuando Maduro rechaza liberarlo, deja una puerta entreabierta a la posibilidad de que el Poder Judicial, ¿¡independiente!? decrete su libertad; es decir que en un futuro ordene a los jueces dictar una medida humanitaria, cuando han pasado largos meses sin que la orden saliera de Miraflores.Esta burla define al gobierno.No se trata de la falta de corazón de Maduro, sino de su desprecio por una oposición a la que le niega la condición de venezolana. Su apuesta es que la oposición no responderá al desprecio con el desprecio, prefiere atemorizarla, sobornarla, corromperla.El gobierno tolerará coor dinar un plan de recogida de basura con los alcaldes, pero sueña con ser un PRI, imitar a Strossner, a Cuba, quedarse en el poder aunque Maduro no le cierra a los suyos reemplazarlo en Miraflores, no habla de su reelección eterna. Por un momento algunos sectores oficiales imaginaron una salida humanitaria para Simonovis, pero se impusieron los radicales. Este proceso mostró que el oficialismo no está cohesionado, razón por la cual los militares aumentan su poder.Chávez en cambio mandaba con mano de hierro a sus seguidores y al ejército.La polarización no es un ex travío que se superará con buena voluntad de parte y parte, sino un elemento esencial de una ideología. Si el gobierno proclamara el cese del enfrentamiento de clases, decretaría su sentencia de muerte. El gobierno no teme a la justicia divina, supone que otro dios, el de la historia, está de su lado.Desengáñense la oposición, no enfrenta a adecos y copeyanos, gobernantes que respetaban los valores burgueses, los...

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