Mal arranque

El Presidente de la República en víspera de su viaje a Cuba para operarse realiza un acto de su partido en el teatro Teresa Carreño para adelantar el nombramiento del comando de su campaña electoral. En pleno acto, un aconteci miento insólito y sin precedentes: ¡convoca una cadena nacional; una cadena de radio y televisión para transmitir un acto electoral de un partido político! Ya en el pasado el jefe del Es tado ha pasado por encima del ordenamiento jurídico nacional promoviendo su opción política y llamando a votar por sus par tidarios y por sí mismo en actos oficiales en los que actúa como jefe del Estado. Por eso he solicitado en ocho oportunidades su penalización por parte del Consejo Nacional Electoral. Ninguna ha prosperado. Pero lo de esta ocasión es un giro dramático. Las intensas jornadas democráticas de 1999 que incluyeron referendos, elecciones, debate nacional y una inédita Asamblea Constituyente son desechadas como periódico viejo por el Presidente. Lo que hasta ahora podía parecer como un exceso, un abuso tal vez, un írsele la mano al mencionar sus candidatos o su partido en un acto oficial, se evidencia como un acto deliberado, premeditado, de violación de la carta magna. Un mensaje claro, aquí mando yo, por encima de mí, nada. Lejos quedó la contundente afirmación democrática de dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada. Días sombríos para la República. Poco después Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR