Malanga se reencontró consigo misma

Malanga ha experimentado la metamorfosis del mercado disco gráfico venezolano como pocas bandas. Nació en una época 1998 en la que no tenía la necesidad de autogestionarse ni tomar decisiones más allá de las musicales. Grababa en estudios y no estaba obligada a informar cada paso que daba a través de redes sociales. Fue la última del país en firmar contrato con una disquera y, posteriormente, una de las que respondió a los instintos de supervivencia y desarrolló musculatura para seguir adelante. Nadie quiere estar solo 2005 fue el último trabajo que se editó bajo la manta protectora de una corporación. A partir de Aunque mueran las flores 2009, Arísti des Barbella voz, Chapis Lasca bajo, Juan Luciow batería y Rudy Pagliuca batería comenzaron a arreglárselas por sí solos. Tras ese disco, los músicos detuvieron la marcha y descansaron un par de años para calibrar la brújula. Quisimos volver a las raí ces del grupo, que es la música rock pop con raíces latinas, pero con la madurez que dan 14 años de carrera, explica Barbella: Lo más bonito es que salió todo muy naturalmente. No hubo que andar inventando algo que no somos. Esa era la meta. Salieron unas canciones de las que nos sentimos muy orgullosos. El título de la quinta entre ga será Sr. Malanga. Llega un punto de la vida en el que la gente empieza a llamarlo señor a uno, y eso hay que abrazarlo con mucha responsabilidad, dice Pagliuca, quien compartió con Lasca la producción del álbum: Fue bien old fashio ned. No quisimos usar trucos de computadoras ... Sólo algo orgánico y con mucho nivel musical. Por las sesiones pasaron cole gas como la trompetista Linda Briceño, el saxofonista Benjamín Brea, el rapero...

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