Ser mamá: trabajo de 24 horas

La rutina de Gabriela Gerstel ocupa la mitad de una libreta de notas tamaño estándar. Su profesión: mamá, ama de casa y vendedora de ropa a domicilio. También es bailarina de flamenco, pero no zapatea desde hace tiempo. El máximo de las 24 horas de sus días está dedicado a sus hijos: Gustavo, de siete años de edad, y Juanchi, de dos años. Su despertador suena a las 5:00 am, cuando comienza la jornada. Se despega de las sábanas, se baña, se viste y despierta a Gustavo. Lo levanta, lo viste, lo peina, lo lleva escaleras abajo para que desayune, le cepilla los dientes y lo dirige hasta el carro. El motor se enciende a las 6:00 am camino al colegio. El recorrido toma 20 minutos. Gustavo se despide y Gaby regresa a su casa. Se sienta en el mesón de la cocina y desayuna 2 rebanadas de pan integral, jamón de pavo y 2 claras de huevo. Nada de café, sólo agua. Despierta a Juanchi, lo viste, lo peina, le da el desayuno, le cepilla los dientes y lo monta en el carro. El reloj marca las 7:30 am. Esta vez van camino al preescolar, el trayecto es más corto: 10 minutos a lo sumo. "¿Quieres saber cómo es la vida de una ama de casa? Yo te lo digo: ser ama de casa es ser taxista", dice entre risas.

Como es lunes, la próxima parada de su travesía es el Parque Vizcaya. "Los lunes, miércoles y viernes vengo a hacer TRX". La clase dura una hora. Hoy, el entrenador decidió ubicarse en un lugar nuevo del parque y las alumnas no parecen estar a gusto. "Ay, sí, aquí me derrito y me salen arrugas", "yo vengo a sudar, no a broncearme". Cuando empieza la acción se silencian las quejas. Y ahí está Gaby haciendo sentadillas, abdominales, hombros, espaldas, bíceps, tríceps. Sudando mucho, por supuesto, pero con actitud de fresca como una lechuga. El ejercicio termina y hay que volver a casa.

Otra vez. Las horas rinden, pero las agujas del reloj nunca paran de girar. En la cocina está Nohemí, que la ayuda con las labores de limpieza y cocina. Justo ahora le prepara a Gaby un plato de lechosa picada con limón. Gaby se come su merienda y sube a darse un baño. En 30 minutos baja convertida en otra mujer. Punta en blanco, pelo secado y maquillaje impecable. "¿Viste? Me transformé en una mamá bonita". Son las 11:15 am. Hay que volver al preescolar para buscar a Juanchi. "Lo recogemos, se lo dejamos a Nohemí y nos vamos a buscar a Gustavo".

Y... ¿hay que ir directamente al colegio? ¿Tan temprano? Oh, sí. La cola que se hace se empieza a formar desde el mediodía. El timbre de...

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