Donde manda capitán

Sin duda que algo raro le pasa al presidente de la Asamblea Nacional, flamante capitán Diosdado Cabello. Tanto sus partidarios como sus oponentes perciben y coinciden en que desde que el comandante eterno (¿o galáctico?) lo desdeñó aquel ocho de diciembre de la histórica opción de ser designado como su candidato a la presidencia de la República, sus cimientos emocionales se le resquebrajaron.

Pero en vez de hundirse en un estado de frustración y depresión profunda, más bien se le despertó la más intensa de las furias, al punto de que, desde entonces, una mezcla de venganza con rabia lo llevan a entrometerse en los asuntos públicos y políticos de la manera más agresiva y descocada posible.

A estas alturas todo el mundo repite: "A Diosdado le pasa algo, siempre anda como irritado, como si le doliera una muela". Y aunque le ha dado por incluir en su corto repertorio el lugar común de "nosotros lo que damos es amor", quienes lo conocen y lo han observado durante estos últimos años concluyen que el hombre carga un desengaño de grandes proporciones.

No parece estar contento con la actual dimensión de su poder político que, aunque siempre en un segundo plano, aun le ofrece la posibilidad de obtener grandes beneficios.

Pero, a decir del círculo íntimo de Nicolás, no hay manera de que el capitán se comporte y actúe a la altura de un presidente de un poder público, y que como político asuma seriamente sus altas responsabilidades como jefe del partido mayoritario de Venezuela.

Sus saltos e intromisiones en cuanto espacio político le sea posible lo mantienen tan acelerado que sus compañeros de promoción dicen que tiene más energía (aunque está más rollizo) que cuando era alférez auxiliar hace más de 27 años en la Academia Militar.

La mayoría de los venezolanos que recuerdan muchos de sus desplantes durante estos últimos años aun no salen de su asombro al ver su inexplicable empeño por compartir a como dé lugar el escenario con Nicolás Maduro. Con su intromisión en cuanto sarao organiza Miraflores quiere hacerse ver como el operador político que tiene como tarea lavarle la cara a la Presidencia, luego de cada error que cometa Nicolás.

No es fácil de entender para...

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