Mandarinas hirvientes

Diez años después llegó una comunicación donde decía que a doña Rosa le había tocado el turno de pagar su promesa. Una década atrás la nieta de esta señora había contraído un grave mal, tanto así que el médico había descartado toda posibilidad de recuperación. Mientras su hija se estrujaba las manos, presa de la desesperación, Rosa hizo un pacto con la Divina Pastora: si por su divina intercesión la niña se levantaba de aquella cama, le haría un vestido con sus propias manos. La pequeña se libró del sombrío diagnóstico. Rosa fue a la iglesia a comunicar su determinación de honrar su compromiso y se apuntó en una lista. La nieta creció hasta convertirse en una señorita. Y ya nadie en la familia mencionaba la promesa; hasta ese día en que un mensajero trajo un sobre donde venía la actualización del asunto: al año siguiente la imagen de la Divina Pastora estrenaría el traje ofrecido por Rosa en la peor hora de su vida. Escuché varias historias como ésta en los días que pasé en Barquisimeto para presenciar la 156ª peregrinación de la Patrona espiritual de la capital larense. Unos aderezan el cuento con más años de dilatación en el periodo de espera; otros dicen que hay quien tiene la suerte de ser escogido para confeccionar la túnica al año siguiente del percance que lo motivó a hacer la promesa. El caso es que las peripecias de la Divina Pastora no se limitan a esos días en que la sacan de su sede permanente en la iglesia de Santa Rosa del Cerrito para dispensar una visita a Barquisimeto. Muy lejos de eso. La verdad es que se trata de una imagen que constantemente está itinerante por diferentes templos de Lara, que todo el tiempo es visitada por sus numerosos devotos y cuya toilette es causa de afanes y comentarios todo el año. Tómese en cuenta que en cada procesión del 14 de enero la venerada talla estrena una tenida, donación de alguien que así cumple una promesa. Esta es, de hecho, la única licencia de transformación material de un ritual que cada año se repite en forma idéntica, excepto por el número de personas que suman para confundirse en la romería o emplazarse en un recodo de la calle para ver pasar la imagen venida en su día de Sevilla, provincia de Andalucía, España. Hasta el tatuaje está bendito El movimiento comienza el día anterior, el 13, que en esta ocasión fue viernes. Al anochecer de ese día, los flancos de la avenida Lara, que conecta a Barquisimeto con el vecino pueblito de Santa Rosa, están completamente tapizados de...

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