Manos afuera

Si algo cambió en los últimos años en este continente es la actuación de ciertos gobiernos frente a los procesos electorales democráticos de otros países. Hoy algunos mandatarios violan con descaro el principio de no intervención en los asuntos internos, especialmente los que se refieren a los procesos democráticos nacionales.

Tampoco los altos funcionarios extranjeros deben manifestarse a favor de las distintas corrientes políticas del proceso electoral, pues se pone en duda el respeto y el debido reconocimiento de quien sea electo.

Es imprudente que los gobiernos demuestren sus simpatías por un candidato u otro, toda vez que en la práctica, después de conocidos los resultados, podrían verse obligados a lidiar con nuevos gobernantes.

Aun está fresca en la memoria de los venezolanos la precipitada intervención de Lula a favor de Chávez durante las elecciones presidenciales de 2006. Ello generó un resentimiento del sector opositor y su candidato, que de haber salido favorecido hubiese mantenido unas relaciones distantes con Brasil.

También los pronunciamientos del canciller de Ecuador a favor de la candidatura del oficialismo constituyen un disparate.

Debería pensar que el próximo canciller venezolano podría ser el representante del candidato opositor, si así lo decide por mayoría el voto popular y lo anuncia el CNE.

Por lo demás, la actuación del canciller de Cuba en el 67 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU es algo vergonzoso. Utilizó ese escenario para informar que su gobierno (violador de los derechos humanos), da su apoyo al abanderado oficial en los comicios presidenciales, que calificó de "decisivos" (¿?) para América Latina...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR