Mantener el equilibrio

Todos tenemos un poco de malabaristas. Al menos en el mundo de las emociones, vivimos tratando de mantener varios elementos en equilibrio con

una agilidad que a veces nos sorprende a nosotros mismos. Sin embargo, hay momentos en que es tanto lo que hay que lanzar y recoger, que las piezas

empiezan a caerse y terminamos sintiéndonos, más bien, dentro de una piscina de pelotas de un parque infantil. La sensación de ahogo es total.

En su libro Una mochila para el universo, la psicóloga española Elsa Punset introduce el tema de vivir con las emociones resaltando que

si bien en el siglo XX la humanidad ha aprendido a sobrevivir físicamente, por fuera, el reto de este nuevo siglo

–ante la cantidad de enfermedades mentales y emocionales que se diagnostican– será aprender los mecanismos

que consolidan nuestra supervivencia por dentro. “De momento seguimos creciendo marionetas del complejo y

poderoso conjunto de emociones que nos habita, nos mueve y nos arrastra hasta que las declaramos ciegas.

Los ciegos somos nosotros, porque no hemos aprendido a comprender la fuerza de sus mandatos y, por tanto, nos vemos desbordados tantas

veces por sus dictados”. La buena noticia es que no hay que sentarse a esperar que los científicos de un

laboratorio mezclen unos químicos y den con una fórmula.

La receta es bastante simple, y los expertos no se niegan a compartirla, pero como cualquier procedimiento, requiere de práctica

para conseguir los mejores resultados.

Serenidad exprés

El neurólogo Ciro Gaona cree firmemente en el poder sanador de la meditación y la oración para el cerebro, pero señala un sencillo ejercicio de respiración con excelentes efectos.

“Si yo me concentro en inspirar y exhalar sólo tres veces, pero concentrándome en mi respiración, en ese momento logro estar plenamente en el momento presente,

liberando todo el peso del pasado y borrando los nubarrones del futuro”, expresa quien invita a hacer esto a diario (o cada vez que sea necesario), y asegura que los efectos son inmediatos.

Invita, por supuesto, a ir aumentando el número de respiraciones, algo que quien se anime, hará sin problema. Y afi rma que si se hace repitiendo frases positivas,

de gratitud y buenos deseos para los demás, los efectos se potencian.

Energía en movimiento. Liliana Tonitto, coach, facilitadora y directora de InspirAcción, conoce los ingredientes y los

procedimientos, y los comparte omo esas reposteras generosas que no temen ser opacadas.

“Las emociones son parte de...

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