Maquiavelo hoy: república o ignominia

Se dice que en la decadencia corporal última que padece quien es asaltado por la enfermedad de la vejez, Nicolás Maquiavelo relató un sueño que a su vez versionaba el sueño de Escipión. El de Escipión revelaba que, al morir, los grandes hombres políticos compartían la eternidad junto con los beatos en el cielo. Pero según el relato del florentino sobre su experiencia onírica, los grandes hombres que fundaron, gobernaron bien y reformaron repúblicas con sus obras y sus escritos van en cambio al infierno, porque para llevar a cabo las grandes obras que los inmortalizaron violaron las normas de la moral cristiana.Fundar, gobernar bien y re formar repúblicas. El problema central de la política para Maquiavelo era cómo establecer y mantener un buen gobierno, un objetivo inexorablemente vinculado con la permanencia del Estado y no, como suele asumir el imaginario extendido entre legos y algunos doctos, con la sola preservación del poder por parte del gobernante. Recuérdese cómo comienza El príncipe : los estados sólo podían y pueden existir como repúblicas o como principados.Hoy hemos de entender por principado no el reduccionismo que lo simboliza en la corona, sino toda forma de gobierno donde la voluntad de un solo hombre o de una facción determina la conducción de lo público, suprimiéndose, es evidente, la libertad política de los ciudadanos dispuestos a participar directa o indirectamente en dicho proceso, en la conformación continua, diversa, conflictiva, dinámica y plural del bien común, cuyo núcleo constante es el deseo de no ser oprimido ni por los gobernantes ni por otros gobernados.La república es la única forma política consubstancial con la libertad, encarnándose ella en una suerte de Santísima Trinidad la analogía no es maquia vélica que integran la libertad individual, la libertad cívica y la libertad política. Sólo en una república es posible desplegar la autonomía de la persona en la plenitud de su condición como individuo y como ciudadano. Por tanto, la república es la única forma política consubs tancial con el valor de la vida; fuera de la república, se vegeta en medio de la negación de lo humano, en una agregación de hombres subordinados a la voluntad de...

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