Marco Rubio y su horizonte artificial

Los discursos de un paladín revolucionario venezolano acorazado en sus privilegios y el de, por ejemplo, el senador republicano por el estado de Florida, Marco Rubio, tienen como común denominador la tendencia a perder la forma por el volumen de sus inconsistencias. Veamos por qué: Rubio, cubano-estadouniden se de segunda generación, hijo de padres llegados a Florida en 1956 con visas legalmente expedidas en tiempos de Fulgencio Batista, ha sido portavoz clave de la retórica antiinmigratoria del partido republicano, grupo político que quedó resentido después de que la Corte Suprema de Estados Unidos declarara anticonstitucionales algunos renglones de la ley de inmigración presentada por el estado de Arizona. El fundamentalismo de Rubio en esta materia Âque para, los latinos ilegales, es agridulce: Rubio es de origen cubano y desde 1966 una ley federal otorga residencia a los cubanos que logren pisar territorio estadounidense lo ha presentado como el candidato de Mitt Romney para la Vicepresidencia. Sin embargo, el propio Romney le ha sacado el cuerpo: como todos los propulsores de políticas rígidas, Rubio cuenta con un telón de fondo que parece más bien un rabo de paja. El senador ha utilizado su his toria como pieza fundamental de un discurso que subraya el ascenso de una familia latina en Estados Unidos. En esa historia él mismo sobresale como un self-mademan, el personaje mí tico del sueño americano. Pero su relato, como todos, está editado: en él no figura que uno de sus abuelos, Pedro Víctor García, llegó sin una visa válida a Miami en 1962 y que, por un desliz o una cortesía discrecional del funcionario de inmigración que lo recibió, pudo permanecer en Estados Unidos, donde, finalmente, tramitó su residencia. La biografía mediática de Ru bio esquiva también otro episodio más delicado: su relación familiar con Orlando Cicilia, marido de su hermana Bárbara, hallado culpable en 1989 de tenencia de cocaína y marihuana y por despachar drogas en varios estados de la unión. Cicilia, condenado a 25 años de cárcel aunque en 2000 le fue concedida la...

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