Mariela Celis destrozó mi hogar

Hoy quiero aclarar ciertos rumores: hasta hace poco, yo era muy feliz en un PH de Vista Alegre, viviendo con mi esposa y sus 4 hijos de 18, 15, 8 y 4 años; los ma yores son de su primer matrimonio con Henrique Lazo, pero yo los he amado y criado como propios. Mi abnegada esposa, 9 años mayor que yo, luce muy bien, ya que en los años 70 fue Miss Distrito Federal y hoy se dedica sólo a nuestros niños y al hogar. Por mi mente jamás pasó serle infiel, y no porque la ocasión no se hubiera presentado, sino porque mis principios están por encima de una aventura pasajera, que sólo podría terminar en un orgasmo efímero. Todos mis amigos casados, sin excepción, se en tregan a desenfrenadas aventuras poniendo en peligro años de matrimonio feliz. Cuando presencio esto, me aferro más a mis convicciones. Pero... y todo tiene un pero..., un aciago día, mi amigo Luis Chataing y la productora Jorgita Rodríguez me invitaron a participar en el elenco de El Debate, obra con la que hemos recorrido el país y viajado a Panamá, Colombia, España y Canadá. El éxito de El Debate, fue proporcional a la des trucción de mi hogar. Todo comenzó en Madrid por un error de Jorgita: faltó una habitación. Chataing me pidió que, sólo por una noche, Mariela Celis durmiera en mi cuarto. Le dije que si mi esposa aceptaba, no tendría inconveniente. La llamé a Caracas y ella, conociéndome, aceptó confiada. Como no había cama adicional, nos vimos obli gados a compartirla; así que, para evitar problemas, colocamos una maleta como límite entre ambos. Esa noche fuimos a cenar y tomamos algunas copas de más. Luego, al llegar a la habitación, ella se dio una larga ducha mientras que yo coloqué algunas almohadas sobre la maleta, para demarcar aún más el territorio. Salió perfumada y entalcada, cubierta tan sólo por una...

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