Roberto Martínez Bachrich: Me siento lúcido frente a un cuento

Si sus cuentos envuelven con la trepidante intensidad que arrastra al lector hasta el efecto final, la modestia de Roberto Martínez Bachrich cautiva.

Poco amigo de las entrevistas, o de las falsas candilejas, sólo se siente cómodo cuando habla del trabajo de escritor.

Para él, la literatura la hacen otros; lo suyo es apenas "una irresponsabilidad".

Pero como cada manía tiene su cura y cada escritor su editor, el novel sello Lugar Común presentó anoche Las guerras íntimas, la colección de cuentos más reciente del autor nacido en Valencia en el año 1977.

Una relación que se desmorona, dos sobrinos vengativos, un hombre con aversión a las mesas, una pareja de jóvenes inconscientes, la perversidad gatuna de una mujer que usa a sus parejas, el viaje de una familia de inmigrantes italianos o el fantasma de una enfermera decapitada, son algunas de las anécdotas sobre las pequeñas pasiones cotidianas que desfilan por el libro.

(Re)escribir. Martínez Ba- chrich encuentra lo mejor de su experiencia literaria en la edición constante de sus textos, incluso hasta el paroxismo. Por ejemplo, la primera versión de Las guerras íntimas estuvo lista en el año 2001 y era una colección de 16 cuentos. Pero, a fuerza de corregirla, quedaron el título y apenas 5 relatos. Entre 2002 y 2007 creó una decena más y luego de la faena de la reescritura quedó la lista de 10 historias recién editadas: "Mis primeros libros de cuentos se publicaron muy rápido y esos errores trato de no repetirlos más".

El rasgo más evidente de su prosa es la vuelta a las formas clásicas del relato corto, aquella que una vez representó la vanguardia...

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