Mathieu Asselin. Érase una vez un barco...

En 2009, Alfredo Anzola invitó a Mathieu Asselin a participar en el rodaje de su documental Érase una vez un barco, que se estrenará el 14 de octubre. Cineasta y fotógrafo se conocen desde hace muchos años. Los une el vínculo padrino-ahijado. Mi familia siempre estuvo ligada al cine y la fotografía. Mi madre, Mario Moino y Anzola no sólo despertaron y guiaron ese interés en mí, sino que además me dieron acceso al mundo de la imagen. Mi padre, que es francés, me enseñó a mirar a través de sus ojos de extranjero y de su amor por Venezuela, a tener una mirada siempre nueva y sorprendida de mi país. Me enseñó a mirar en largas caminatas los páramos merideños, el cerro Guayamurí e innumerables pueblos y montañas de Venezuela, cuenta Asselin. Así, no es de extrañar que en una de sus idas y venidas, de París a Caracas, el fotógrafo aceptara formar parte del equipo de realización Érase una vez un barco, cinta de 90 minutos realizada en alta definición que sigue el laborioso proceso de construcción de varias embarcaciones por parte de un grupo de carpinteros del oriente venezolano, sin dejar de lado el enfoque social y humano que Anzola ha plasmado en su trabajo documental. Un viaje por el oriente del país con el equipo de Cine Seis Ocho Âproductora de AnzolaÂ, Alfredo y Emilio Lovera no podía pintar...

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