contra los mediocres Danilo Kis

Lo esperaban agazapados. Antes de que Una tumba para Bo ris Davidovich se publicase, Kis tuvo que sortear numerosos obstáculos, hasta que en 1976 finalmente fue impreso. Danilo Kis esperaba los ataques. Lo que seguramente le sorprendió fue la acusación de plagio y el modus operandi de la campa ña urdida por los estalinistas en su contra. Primero un programa de llamadas telefónicas y rumores dispersados en cafés, redacciones de prensa y oficinas gubernamentales. Con el campo ya sembrado, vino la publicación de varios artículos que documentaban el plagio e infamaban al autor. Varios meses de fuego cerrado sobre Kis.Los siete relatos que confor man Una tumba para Boris Davidovich se internan en las entrañas del régimen, desde la ficción. El carácter alegórico de su prosa pone en funcionamiento una potencia excavadora. Narrar resulta en liberar, en sacar a la superficie las secuelas del fanatismo comunista. Como escribió Joseph Brodsky 1: describe hechos que tuvieron lugar en la primera mitad del siglo XX y el impacto que tuvieron en las vidas de sus siete personajes. El impacto resultó ser el mismo para los siete: mortal.Sus amigos, principalmente sus amigos fuera de Yugoslavia Kis fue un viajero de fuste, no pronosticaron nada distinto a que Kis reaccionaría. Contestaría a la canallada. Pero lo que sorprendió a muchos fue la forma de su respuesta: un libro, no un librito sino uno que se extendía más allá de las 360 páginas. Susan Sontag 2 lo cuenta así: Kis no fue un escritor prolífico. Una tumba para Boris Davidovich , entonces su séptimo libro, que atrajo sobre él el elogio de periodistas y críticos fuera de su país, provocó la escritura en corto tiempo, de un octavo: Lección de anatomía 1978. Como quien protege a un hijo indefenso, Kis devolvió el ataque con lo que mejor sabía hacer: pensar y escribir.Casi cuarenta años más tar de, una vez que Danilo Kis ha sido reconocido como una voz primordial de la literatura europea de la segunda mitad del siglo XX, la idea de que un escritor de su genio se hubiese obligado a sí mismo a confrontar a los rufianes del estalinismo, cuando menos desconcierta. Se pregunta uno, ¿qué necesidad había de Lección de anatomía , cuando quienes lo impugnaban no eran más que funcionarios y autores de libros prescindibles, agentes de una literatura subvencionada y a la vez piezas de una maquinaria podrida y perversa?

En las profundidades Kis escribe Lección de anato mía para ejercitar, una vez más, las inmensas...

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