Menos pánico y más acción

Pocas cosas suenan hoy tan apocalípticas como una enfermedad altamente contagiosa, que no tiene cura y está fuera de control.Si a eso se suman la desinformación y la especulación mediática, es obvio caer en situaciones como la actual, generada por la presencia del ébola fuera de las aldeas africanas, donde se originó hace varias décadas.La humanidad se enfrenta a esta fiebre mortal en medio de la incertidumbre, que crece al ritmo de noticias acompañadas de imágenes que parecen sacadas de películas sobre epidemias devastadoras.Incluso, el temor lleva a la gente a desoír los llamados a la calma de las autoridades, más cuando la propia Organización Mundial de la Salud OMS, en su informe sobre su plan de respuesta, advierte que la situación sigue deteriorándose por la transmisión amplia y persistente del virus del ébola, y se empiezan a diagnosticar los primeros casos en otros continentes.Aunque los expertos se apre suran a pronosticar que los desenlaces por la expansión del virus no deben generar una alarma sanitaria mundial, una mirada rápida a la aritmética del brote permite inferir que lleva una ventaja enorme.Para comenzar...

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