La mentira hiperbárica

En mayo de 2009, una nota de prensa del PSUV dio cuenta de la recepción, en Barinas, de una cámara hiperbárica que el gobernador Adán Chávez anunciaba como la gran solución para el pueblo, en un acto protocolar al que concurrió acompañado de sus padres y del cónsul de Cuba. El trasto, aludido por el despacho de prensa en mayúsculas y adquirido por la revolución bolivariana para tratar pacientes con problemas cardiovasculares, según dijo el gobernador, había costado 16 millones de bolívares fuertes. Con esta son casi 20 las cáma ras hiperbáricas que hay en el país. No hay necesidad, pues, de comprar otra para hacerla instalar en La Habana y destinarla al uso exclusivo del Presidente venezolano. Es un dispendio vesánico que sólo se explica por el hecho de que Chávez dispone de los recursos de Venezuela como si hubieran caído en su bolsillo por la lotería puesto que nadie que se haya ganado sus reales con trabajo lo bota a tal grado y ritmo; y porque quiere seguir su tratamiento médico en un lugar donde pueda moverse como un faraón, ajeno al escrutinio de instituciones y prensa, dueño absoluto de vidas y bienes, amo de una plantación donde no se mueve nada sin su consentimiento. Y eso sólo ocurre en Cuba, pobre país asfixiado en el puño de un dictador extranjero. La tal cámara hiperbárica, cu yos efectos, excepto para buzos, parecen ser sólo cosméticos, si hemos de atender a los especialistas que han explicado sus beneficios, es apenas la punta visible de un risco de hielo hundido en un mar de mentiras. Es posible que Chávez sí se meterá alguna vez en la cámara hiperbárica también cabe prever que, acobardado por el encierro, se niegue a una segunda sesión, con lo que el país habría sufragado muchos millones para que el faraón reciba unos minutos de oxígeno extra; pero lo que sí es seguro es que el famoso tubo de Michael Jackson no cura el cáncer, que por los mismos días el magnate enfermo coincidirá en La Habana con la cúpula de las FARC y, sobre todo, que sus andanzas en Cuba tienen el sigilo garantizado. Dos prominentes cubanos se han referido recientemente a la falta de información libre en la isla. El novelista Leonardo Padura criticó hace unos días el mal periodismo de su país, en cuya prensa, bajo estricto control estatal, se ha entronizado una serie de...

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