La menudomanía sigue viva

Tres reencuentros han tenido los ex integrantes de la primera generación de Menudo en Caracas en los últimos quince años. El primero lo hicieron en 1998 con cinco funciones a casa llena en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño; el segundo, en 2008, en el Poliedro de Caracas, y el más reciente, el sábado, en la Terraza del CCCT. Y a juzgar por las reacciones que mostraron esa noche sus seguidores, las reuniones del quinteto podrían continuar durante los próximos años, pues sus fanáticos no sacian las ansias de transportarse a otras décadas y revivir los éxitos del pasado, así sea por dos horas. El viaje a los ochenta empe zó con una presentación, de más de una hora de duración, de Guillermo Dávila, que cantó a la audiencia sus grandes éxitos en versiones cortas. Vestido con jean y una chaqueta de gamuza, el intérprete inició la velada con Me fascina y continuó con Toda la luz. Para mí es un verdadero placer estar drenando toda esta energía, dijo el cantante, conocido también como el ídolo de una generación. Dávila hizo bailar y cantar al público con una seguidilla de hits de su carrera: Llevo perfume a ti, Tiempo libre, Por amarte tanto, Días de pasión, Sin pensarlo dos veces. Subió a una muchacha al escenario con Tu mejor amigo, coqueteó con ella y la cautivó con gestos graciosos, propios de su personalidad. Bromeó sobre una gotera que había en el techo e interpretó una canción de su nuevo repertorio, Si dices que te vas. Pero como era una noche dedicada al recuerdo, siguió con Le pondré un candado, Déjate amar, Ves cómo es, Atrapado, atado, Barco a la deriva, Ábreme la puerta y Sólo pienso en ti, tema con el que se despidió. Dávila dejó un...

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