Los merideños confían en su terruño

Voy con José Luis Rodríguez a caminar por el picadero, una extensión de tierra donde entrena todos los días del mundo el arte del rejoneo.Queda junto a su restaurante Lusitano’s, la plaza de toros y el hogar que comparte con su esposa Karina y sus hijas adolescentes Ana Valentina y Natalia, todas extraordinarias bailarinas de flamenco.Hay fotos muy grandes pega das de la madera que sirve de baranda protectora. En una está orgulloso sosteniendo a sus dos hijas montadas sobre dos magníficos ejemplares de caballos lusitanos, una raza originaria de Portugal. En otra su padre lo mira arrobado, orgulloso. Acaba de recibir el grado de Cavalliero en Lisboa. Es el único latinoamericano que ha tenido ese honor. Es un título de rejoneador el arte de torear a caballo una habilidad que le viene en los genes. En esa mirada vi cómo le devolvía a mi papá los 10 años que le había quitado cuando me miró irme en la ambulancia después de que me hirieron la pierna, dice este hombre de 35 años, merideño de nacimiento, vida y corazón.El mismo hombre que con venció a toda la familia de montar este ambicioso restaurante Lusitano’s para agradecer a Portugal haberlo recibido con amor cuando procuraba confiar de nuevo en el mundo. Yo quería conjugar mi pasión por el rejoneo y los caballos con el flamenco que bailan mi esposa y mis hijas y los sabores de Portugal, ya que somos criadores de la raza lusitana, nos explica tranquilo, con sus botas y su cara de muchacho.Estoy impactada con las di mensiones del lugar. Lo extraordinariamente bien diseñado y montado. El espacio gigantesco. Se presentan espectáculos de caballos viernes y sábados en la noche y domingos en la tarde. En la plaza se hacen corridas. Tiene gradas para 80 personas y los demás se asoman por la baranda. En la sala se acomodan hasta 90 personas y en la parte de afuera una especie de lounge con un ruedo donde se lucen los caballos se instalan dichosas hasta 500 personas. La gente los contrata para eventos, fiestas y hasta pedidas de mano.El caballo se agacha y entrega el anillo, cuenta José Luis.El Gobierno de Portugal les mandó cocineros y asesores para que se convirtieran en un dechado de excelencia en sabores portugueses. Sirven espetadas de cerdo, cordero y lomito, caldeirada de pescado, bacalao en diversas versiones o sopa de piedra. Desde que abrieron el 15 de diciembre de 2011, reciben más de 60.000 personas al año. El público delira. Llegan de todas partes de Venezuela. Es el único espectáculo de...

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