Metafísica socialista

Cuando en 1992 los sico-fantes se atrevieron a dar el golpe de Estado, y del cual tenían orga nigramas, cuentos, estadísticas, encuestas y demás minucias que William Izarra llevaba en un maletín con la misma despreocupación con la que la niñera del ministro Jaua entregó el suyo en la aduana de Brasil, hacía un ratico que la Unión Soviética había implosionado sin que se disparara un tiro. Ningún integrante de la logia golpista se había dado cuenta de sus implicaciones.Convencidos casi todos de que luchaban contra la corrup ción no por el socialismo, no se percataron de que el fin de la URSS les anunciaba el fracaso del proyecto por el que arriesgaban la vida.Todavía quedan despistados que en Londres van a la tumba de Carlos Marx y le colocan flores, pero son más los que con desparpajo y burla orinan en un costado del monumento.Es su venganza por tanto daño causado a la humanidad en el nombre del mundo perfecto e imposible que el barbudo de Trevis imaginó como filósofo y por los terribles errores que cometió en sus incursiones en la ciencia económica. Marx fue advertido en su tiempo de que sus apreciaciones sobre el capital y el capitalismo eran li teratura, o metafísica, pero no ciencia. Quizás desconocía la esencia del hombre.Cuando veinte años atrás Isaiah Berlin aceptó el doctorado honorario en leyes de la Universidad de Toronto, envió una nota de pocas líneas en las que decía que por milenios el hombre se ha...

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