El militarismo chavista

El entendimiento de la crisis que experimentamos aconseja una mirada hacia el papel de los militares. Son una pieza fundamental del rompecabezas. Así como colocamos el oído en las campanas de la catedral en procura de auxilio, cada vez miramos con mayor insistencia hacia el interior de los cuarteles. No parece una conducta sorpresiva, pues desde antiguo hemos estado pendientes como sociedad del llamado de los campanarios y de la bulla de las tropas. El tema eclesiástico no se tocará ahora pero, en cambio, se intentarán unas reflexiones sobre cómo conviene mirar hoy a los uniformados con una atención excepcional.El tema militar ha copado la sen sibilidad de los venezolanos desde la Independencia, no en balde fue ella el resultado de una hazaña bélica. Nacimos como república en los campos de batalla, y por más que insistamos en llamar la atención sobre la esencia del civilismo en el suceso, es evidente que le corresponde un segundo plano porque los asuntos principales dependían de las charreteras y de las espadas.Por eso hay un superávit de militares en el Panteón Nacional, en la iconografía más recurrente y en los manuales escolares, sin que podamos quejarnos con fundamento por el predominio de una injusticia debido a una presencia tan apabullante. Si fueron ellos los fundadores primordiales de la historia republicana, no es hora de rasgarse las vestiduras porque los hayamos considerado como cabezas de la sociedad y porque busquemos su auxilio en nuestros días. Conviene recordar que Bolívar fue, en esencia, un héroe militar, y que en sus laureles hemos depositado la totalidad de nuestra confianza.Con mucha historia antigua po día topar el comandante Chávez para colocar a los suyos en la vanguardia de la sociedad. Le bastaba con recordar las hazañas de Boyacá y Carabobo para encontrar el fundamento de su empresa, o con mirar las pinturas de Tovar y Tovar pobladas de soldados egregios e impolutos. Solo tenía que acudir a una memoria fácil, a unas reminiscencias manidas, para concretar un plan a través del cual la sensibilidad colectiva recibiera la correspondencia debida a su castrense adoración. Pero con la elevación de los militares Chávez se elevaba a sí mismo, se colocaba en la cúspide de una hegemonía que seguramente formó parte de las fantasías de muchos de sus predecesores, pero que no había...

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