Un millonario letrado y filántropo conquista a una perla analfabeta

Silencio. Más de 15 voces enmudecen. Sólo están permitidos los movimientos de las cámaras y del boom man que levanta el micrófono por encima del encuadre. En el monitor, al otro lado del estudio, se ve a Sabrina Salvador y a Fedra López. Están listas para ser Natalia y Sara, respectivamente, en Natalia del Mar, la telenovela escrita por Alberto Gómez que Venevisión empezará a transmitir próximamente, posiblemente a partir del 21 de junio, a la 1:00 pm. ¿Cómo te atreviste a volver a esta casa, piojosa?, reclama Sara, mientras zarandea a la protagonista. Pausa. Faltó algo. Ahórcala es la instrucción dada en son de broma. Se repite la escena. El proceso de grabación es como jugar a la ere. Una telenovela tradicional es un sufrimiento constante con una recompensa final: el triunfo del amor. Otros rostros, diferentes paisajes; misma trama. Es una novela 100% rosa y familiar, dice Gómez. Es una fórmula en la que se han sustentado éxitos como María la del barrio, protagonizada por Thalía en el año 1995. Natalia, así como María, tam bién llega a ser parte del personal de servicio de una familia adinerada. Con un vestido azul marino, escotado, corto, ajustado e incómodo para las labores del hogar, aguanta los maltratos de Sara. Salvador Âdebutante en el gé nero sin instructor actoral da vida a una chica bronceada, rubia y de ojos verdes, aparentemente desvalida, que no sabe leer ni escribir: Natalia se crió en la playa; es espontánea y tiene un espíritu libre y aventurero, pero no es una tonta. Como pauta la tradición, la historia tiene una antagonista. Su nombre, Perla Uzcátegui. Es la típica niña malcriada que se quiere quedar con el protagonista. Se aprovecha de que por un acuerdo familiar están obligados a casarse, pero él no la ama, cuenta su intérprete, Juliet Lima. Mientras Perla baja por las escaleras que probablemente fueron las de la casa de Gala Moncada en La mujer perfecta, el actor Manuel Sosa regresa de una grabación en exteriores. Se baña y se maquilla. Él se arregla solo, señala el maquillador Henry Zapata...

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