Minutos de silencio

Con el alma encogida y los ojos húmedos con lágrimas fugaces guardamos con el debido respeto el último homenaje a nuestros héroes muertos en esta lucha por recuperar la democracia.¿Ha valido la pena esas pérdi das de jóvenes promesas, talento en formación, futuros padres o cariñosas madres por venir? Esta pregunta me la hago sin encontrar una respuesta satisfactoria, por el contrario, con angustia hoy quisiera planteársela al presidente Maduro, la señora Flores, al diputado Cabello, al ministro Padrino López, al profesor Istúriz, y sus camaradas Bernal, Varela, Rodríguez, Chávez y Vielma Mora.Esta duda se las transmito, pues supongo que sienten o han sentido el amor paterno, el cariño materno y la felicidad fraternal. Supongo que ustedes son tan de carne y hueso como los padres de esos jóvenes caídos, por lo que estoy seguro de que si les correspondiese guardar ese minuto de silencio, sentirían como yo y el resto del país, un crujir del corazón.No hay bandera ni ideología que justifique la muerte de un joven. Es comprensible defender a ultranza la vida, el derecho a ella, pues sin vida no hay humanos y sin humanos no hay sociedad y sin ella no hay patria.Contrario a ese derecho, y deber por cierto, de proteger la vida nos aparece la obligación como personas de preservar la libertad. Si algo tiene el ser humano diferente con los animales es precisamente el libre albedrío, la razón, y su capacidad de escoger.Allí radica la incógnita ¿es justificado el sacrificio de esos jóvenes a...

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