Mitad hombre, mitad perro

El día que nació César Millán el 27 de agosto de 1969 un huracán arrancaba los tejados de las casas de Culiacán estado de Sinaloa, suroeste de México. Mientras su madre, María Teresa Favela de Millán, daba a luz a su primer hijo, la habitación se quedó a la intemperie y el cielo voló ante sus ojos.La abuela María, que ejercía de partera, corrió y agarró lo primero que encontró a mano para proteger al recién nacido de aquella ventolera: un cuero de vaca.César pasó sus primeras horas de vida envuelto en la piel de otro animal.Seis años más tarde, la vida de la fa milia Millán continuaba en un rancho de Mazatlán Sinaloa. El niño César se levantaba de madrugada con su padre Felipe y con su abuelo Teodoro. Recogían agua del río y leña para cocinar y calentarse en esa pequeñísima casa de adobe alquilada. A pesar de que se llenaba de goteras cuando llovía, allí dentro vivían nueve personas abuelos, padres y hermanos y otros tantos perros afuera. César llevaba una vida asilvestrada, rodeado de animales.Después de acarrear cubas de agua y troncos pasaba el día pastoreando las vacas del dueño del rancho donde trabajaba su abuelo. La vida era pura supervivencia familiar, y César, ante la falta de atención de los mayores, encontraba en los perros a sus compañeros de faenas. Era uno más de la manada.No tardó mucho tiempo en conver tirse en líder. Caminaba por los polvorientos caminos de Mazatlán con un montón de perros detrás que le seguían donde iba. En plena adolescencia, obligado a ir a la escuela secundaria, sus compañeros le llamaban el perrero, y no se acercaban a él por miedo a contraer enfermedades o pulgas. César era un apestado en el pueblo y el líder de la manada en el rancho.Nunca estuve solo, pero sí me sentí muy solo. Los perros llenaron ese vacío y me acostumbré a que me siguieran. Al principio me seguían los del rancho, después, todos, cuenta. La verdadera voz de César Millán en español suena desde un teléfono de su casa de Los Ángeles.Tiene un fuerte acento mexicano y, a pesar de que allí son las 5:00 de la mañana, se oye mucho más divertido que con la voz doblada que le ponen en los canales de televisión latinos. Este hombre musculoso y chaparrito, de piel aceitunada y dientes blancos impolutos, se levanta muy temprano para hacer ejercicio e ir a correr con sus nueve perros.Luego lleva a sus hijos, Andre y Calvin, al colegio y se va rumbo al Centro de Psicología Canina, en un antiguo hangar de la zona industrial del sureste de la...

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