Mitos y verdades sobre el parvovirus canino

Durante los primeros dos meses de vida los cachorros, todavía protegidos con los anticuerpos recibidos de la madre, se muestran juguetones, activos y visiblemente sanos. Este es el momento en el que debería comenzarse el proceso de inmunización, a través de un programa de vacunación llevado a cabo por un veterinario.

Si no se hace y el cachorro pierde de pronto el apetito y presenta fiebre, hay que estar alerta. Quizas a continuación padezca de diarrea y vómitos crónicos, difíciles de controlar.

Es muy probable que se esté ante los síntomas del parvovirus canino.

Históricamente mortal. Los efectos del parvovirus gastrointestinal en caninos no llamaron la atención de los científicos sino hasta 1978, cuando hubo un brote entre perros del sur de Estados Unidos. Ya para el año siguiente se encontraban rastros de la enfermedad en todos los continentes.

El contagio es vía oral y el virus es liberado al ambiente por las heces de los perros enfermos.

Según un documento elaborado en los años ochenta por el médico Argenis Hoepp para la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, fue a principios de esa década cuando se demostró que existía una relación entre este virus con el de la panleucopenia felina, y que una versión atenuada de la vacuna para esta enfermedad de gatos también combatía el parvovirus canino.

A partir de este descubrimiento comenzó el desarrollo de la inmunización. Hoy día no existen mayores avances en cuanto a la prevención y cura de la enfermedad. De acuerdo con un texto que aparece en la publicación Ciencia Veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, de 2006, todavía se siguen utilizando vacunas inactivas y variaciones de la de panleucopenia para tratar el mal. El tratamiento continúa siendo la restauración de los electrolitos vía intravenosa, para evitar la deshidratación, y el suministro de antibióticos en un ambiente supervisado por un profesional.

Reinaldo Yánez, médico veterinario, confirma que son precisamente estas técnicas las que utiliza en su consulta para enfrentar al virus. "El tratamiento siempre es más complicado que la parte preventiva, por eso es tarea del veterinario insistir a los dueños de las mascotas en la necesidad de vacunar", expresa.

Diagnóstico y tratamiento.

El portal de International Veterinary Information Service (www.ivis.org) revela que actualmente en el mercado se consiguen kits de pruebas rápidas para encontrar el agente a partir de las heces del perro...

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