Mi monigote, aquí está

Un avión de Conviasa aterrizó en el aeropuerto de Toncontín, Tegucigalpa, cargado de... papanatas. El ex presidente hondureño Mel Zelaya con buena parte de su ex gabinete, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, el canciller boliviano, David Choquehuanca, y el venezolano, Nicolás Maduro, entre otros. Y con motivo del acontecimiento hubo una misa al aire libre, oficiada por el cura melista, melifluo y melindroso Luis Alfonso Santos, jalador infatigable, quien vaticinó: Jesucristo bajará hoy del cielo no tenía más menudo. El tal Mel, ex hacendado, eleva do a la primera magistratura por la godarria más impresentable de Honduras, impresionada por su facilidad de palabra y su escasez de ideas, estuvo entre los mandatarios que compraron la franquicia del merolico venezolano y... ¿a que no saben lo que ofreció apenas besó la pista del aeropuerto? Pues, nada menos que volver a insistir sobre la necesidad de una Asamblea Constituyente para salir dijo de la crisis de su país. En Caracas el autócrata que re emplazó la diarrea por la cojera como excusa para incumplir compromisos, daba por bien in vertido el dinero que le costó a Venezuela mantener por casi dos años al monigote tegucigalpense, al tiempo que aplaudía y tal vez cantaba: ¡Aquí está, mi monigote aquí está...!. Con buena brisa y una corte al cahueta, la...

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